Azares, destino Quién sabe qué queremos en la vida, algunos que entenderlo parecían se ven, mientras su savia consumían errando sin un fin de amanecida.
Senderos cuya trama no fue urdida, veredas que las gentes no intuían, destinos que jamás augurarían dibujan su existencia al bies tejida.
Mas eso no debiera figurar excusa para el reto no asumir, cabeza y corazón deben labrar,
y el alma los tendrá que perseguir, azares venturosos que alcanzar, Luceros que nos hagan sonreír.
Ricardo Arjona
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