CONSAGRACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN
Santísima Virgen María, motivado por el ardiente deseo de amarte como Madre querida y promover una tierna devoción a tu Inmaculado Corazón, dignísimo de todo amor y veneración y tan traspasado de dolor por las blasfemias e ingratitudes de los hombres, humildemente me postro a tus pies y consagro a tu Corazón doloroso e inmaculado para siempre: mi cuerpo, mi alma, mi vida, mi corazón y todo mi ser. Acepta, Madre amorosisima, esta consagración y guárdame siempre en tu Corazón materno. ¡Oh mi eterna Madre, en ti confío, quiero amarte siempre más y servirte con toda fidelidad. Bendíceme y protégeme de todo mal. Amén
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