Si cada día es un comienzo nuevo, cada semana lo es otro, así que supongo que a estas horas de la mañana tengo un comienzo ante mi...y un final
Meses difíciles los que han ido quedando atrás. Iba a escribir que no sé cuanto queda de mí, pero ¿cómo saber cómo era con tantas cosas acaecidas que me han hecho evolucionar y cambiar constantemente?
Siempre se aconseja al viajero parar a descansar en los viajes largos. Yo me he parado, me he aíslado, y he tenido largas charlas conmigo misma. Me he dicho verdades que no quería oir y he soltado lastres a los que me aferraba. Me he reconocido los errores que he cometido y en la medida de lo posible intentaré no volver a cometerlos.
Me he cuidado por dentro y por fuera y aunque aún queda por hacer, no tengo prisa para ser feliz todos los días. En cambio sí tengo mucho más interés en deshacerme de la infelicidad que me impide seguir avanzando.
En el pasado hice futuro sin darme cuenta de que el futuro es simplemente un presente que va pasando, que si quiero ir a Cádiz y pongo rumbo a La Coruña , difícilmente llegaré a destino. Voy haciendo presente, el futuro es la ilusión óptica de un oasis en medio del desierto.