Será con la llegada del cristianismo cuando el Cuélebre deje de tener el papel de Guardián cambiándolo por el de dragón devorador de ganados y vírgenes, que ha pasado a formar parte de las leyendas de San Jorge (San Xurde o San Xaume), de San Miguel, etc.
Al Cuélebre solo se le puede dar muerte clavándole una espada en el cuello, o dándole de comer una hogaza de pan llena de alfileres o de piedras calentadas al rojo.
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