Ojo con los lunares, podrían ser malignos: Como prevenir y extremar la atención...
Los lunares fueron considerados antaño como un rasgo característico en la piel, llegando a ser utilizados como auténtico icono de estrellas del mundo del cine –Marilyn Monroe es el caso más conocido- o de la música.
Sin embargo, con el tiempo se ha podido saber que no son sino lesiones de la piel y, tras conocerse el deterioro de la capa de ozono y con él la pérdida de gran parte de nuestra protección contra los efectos perjudiciales de los rayos solares sobre nuestra piel, la aparición de lunares no sólo no son acogidos con simpatía sino que hacen saltar la voz de alarma.
Lo cierto es que el lunar no es más que una acumulación de pigmento en un punto concreto de la piel y como tal, no supone en sí mismo nada grave. La clave está en qué agente desencadena su aparición, ya que puede resultar totalmente inocuo o responder a un tumor de las células pigmentarias de la piel –melanoma-, posible desencadenante del cáncer de piel. De hecho, algunos de estos lunares, no siendo en un primer momento malignos, pueden convertirse en un riesgo cierto de cáncer pasado un tiempo o al ser expuestos con demasiada frecuencia a los rayos solares u otras agresiones similares.
Por ello, los dermatólogos más prestigiosos recomiendan llevara cabo revisiones periódicas –de al menos una vez al año- que permitan captar dicha posibilidad antes de que el mal, de existir, se extienda. Intervenir en la primera fase de la enfermedad resulta clave para poder atajarla a tiempo. El método más utilizado por los dermatólogos para detectar si el tumor es maligno o no es denominado “Abcde”. Cada una de estas letras responde a una característica que el tumor ha de cumplir para ser considerado maligno:
A: La simetría del lunar. Si es asimétrico, puede ser maligno.
B: Definición: Si los bordes del lunar son difusos y no definidos.
C: El color: Si presenta diferentes tonalidades.
D: Diámetro: Si mide más de 6 milímetros de diámetro.
E: Relieve: Si no es plano y se eleva sobre la superficie de la piel.
LAL/AGENCIAS