Un hombre tenía ya un año de matrimonio. Durante ese tiempo su esposa siempre le planchó sus camisas de la forma en que a él le gustaba y él se sentía bien.
Cierto día en la oficina, encontró que su camisa estaba mal planchada arrugada en la parte de la espalda, cuando llegó a su casa reclamó a su mujer por aquel error cometido, el cual le había hecho tener que andar todo el día con la chaqueta puesta. Al reclamo la mujer contestó:
- “Durante un año he hecho las cosas como te gustan, y nunca me lo agradeciste, sin embargo ¿ahora que he cometido un error sí me reclamas por ello?”.
......................................
He escuchado muchas personas decir que el mundo está muy mal, y se dicen cosas que alarman a los demás, cuando lo que pasa es que los medios se interesan en dar a conocer aquello que está mal hecho o es grave, nunca de los miles de héroes que salvan vidas, de todos aquellos que son tocados por Dios y su vida cambia por completo, de aquellos drogadictos que se levantan de su vicio, o de tantos misioneros que llevan la paz.
No podemos ignorar que muchas cosas van mal, pero tampoco podemos decir que todo está perdido como muchos pretenden. Donde haya vida, estará Dios, y por ende habrá esperanza.
Saben, lo mismo pasa con nuestra relación con Dios. ¿Cuánto tiempo
pasamos sin enfermarnos?, a veces años, pero cuando enfermamos reclamamos a Dios, cuando nunca agradecimos por cada uno de los muchos días que estuvimos sanos.
Dejemos de quejarnos y empecemos a agradecer, dejemos de ver lo malo y veamos el bien, notaremos que es mucho más el bien que se realiza que el mal que se hace.
Con afecto.