Cada olor evoca un momento de nuestra vida.
Una brisa ligera nos envuelve en recuerdos escondidos en la memoria.
Cuando somos niños, esas fragancias tan comunes forman parte de la vida cotidiana,
se asientan en nuestra percepción sin darnos cuenta, y con el tiempo se nos olvida que
siguen ahí esperando que las rescatemos.
Buscar un olor que nos evoca uno de los mejores momentos de nuestra vida no es tarea fácil.
El aroma de un guiso de nuestra abuela, el olor a hierba recién cortada, aquel armario que
destilaba lavanda, jazmín o hierbabuena son esencias impagables de la memoria.
Maison Parfum es una de las tiendas con mayor especialización en fragancias para el hogar,
y ha concebido 50 perfumes para siete estancias diferentes en la vivienda: desde la terraza
al comedor, el cuarto de baño a la cocina. Aromas florales, verdes, amanerados, afrutados
son algunas de las variedades.
El prestigioso decorador catalán Pascua Ortega es quien se ha encargado de ofrecer un aroma para cada espacio. “El olfato es el sentido que más se fija en la memoria y eso mismo es lo que he querido rescatar en el diseño y el espacio de la tienda. Quería que provocase otros sentidos como el visual o el tacto para terminar de enmarcar cada una de las emociones que evocan los olores”. La tranquilidad del Tíbet para un momento de reflexión y relajación se percibe a través del aroma del “Bambú del Tibet”, “puro acorde zen por su composición limpia y lineal”, según Ortega.
Un aroma para cada rincón
Crear un espacio de venta como si se tratara de un verdadero hogar es lo que ayuda al visitante a comprender y establecer la diferencia y el sentido de cada una de las fragancias en los ambientes adecuados. “No es lo mismo el aroma a “Dulce de tabaco de Pipa” para ambientar la tertulia en el sofá después de una agradable comida, que aspirar una “Lavanda relajante”, ideal para coger el sueño”.
La capacidad olfativa de algunas personas es tan intensa que perciben hasta la más mínima variación de un aroma en el aire. Sin embargo, todo se puede transformar a nuestro gusto.
En un día de pleno verano, el evocador “Brandy añejo, el “Aire de Montaña” la “Peonía Real” nos trasladan al pie de la chimenea y al calor de sus llamas en el salón, mientras reposamos en un cómodo sofá.
Sobre la mesa de la cocina, se pueden hallar fragancias tan apetecibles como las de “Naranjas recién exprimidas” o “Granos de café molido”. Hay que tener en cuenta, tal y como explica la firma, que ninguna de estas esencias sustituye o contrarresta los olores propios de un fogón recién usado.
Ese no es su cometido.
Para los niños
Para la habitación de los niños nada como los apetecibles “Tuttifruti goloso” y “Hola banana Split” dando olor a sus estanterías y juguetes; y para el dormitorio la sugerencia es “Brisa marina” o “Madera de rosa”.
A ellos se añade el fresco aroma de tierra húmeda del jardín; el perfume familiar del jabón de Marsella o el cálido aroma de la leña ardiendo en la chimenea.
La original presencia de estas fragancias aparece de distintas maneras: velas, sprays, esencias puras, inciensos, agua de plancha, mikados, perfumadores de peluches o cojines perfumados.
Los porta velas, porta inciensos, jarrones para mikados boles en madera, cerámica o piel son otras de las propuestas decorativas a través de las Pascua Ortega nos propone ambientar el hogar.
Las velas perfumadas de Maison Decor se elaboran siguiendo los procesos artesanales que, en algún caso, datan del siglo XII. Se utilizan materiales 100% naturales, como la cera de abejas, que no producen combustiones humeantes y aportan una textura delicada.
Una esencia, una estancia
El interiorista opina que en cada hogar hay que “desarrollar todos los sentidos y lograr atmósferas sensuales, equilibradas y agradables. Me gusta combinar texturas diferentes y delicadas como el ante, la piel o las maderas naturales e introducir contrastes que como el vidrio o el acero que ofrezcan matices distintos en la decoración”.
Pascua Ortega afirma que no hay que dar por terminada la decoración de una estancia hasta que no se ha encontrado la fragancia más adecuada para perfumarla.
Aceites aromáticos
También capturan las materias primas de los lugares más exóticos del mundo. Rosas de Bulgaria, sándalo de la India, bergamota de Túnez, lavanda de la Provenza son algunas de las esencias que se tratan en los talleres de Grasse, la cuna del perfume.
Las técnicas tradicionales del taller están supervisadas por el perfumista Ramón Monegal que intenta aunar bajo su estilo personal: lo viejo y lo nuevo, lo clásico y lo moderno.
Monegal es hijo y nieto de perfumistas ha puesto su conocimiento al servicio de la vivienda con un estilo muy próximo a la naturaleza. “Me gusta lo moderno, pero con una parte extraída de la naturaleza.
He querido recuperar las composiciones naturales para el hogar, basadas en aromas familiares, que parecen casi desaparecidas de la perfumería”.
El perfumista reconoce que tiene como fijación en su olfato el aroma del naranjo “con su fruto y todo lo que le concierne. Si nos gusta que el perfume nos acompañe en el cuerpo, ¿por qué no vamos a querer rodearnos de fragancias en casa?”. De ahí que se haya aplicado en la creación y recreación de esencias para el hogar
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