Un cuento de hadas.
Mucho antes de que nuestro mundo existiera, en una galaxia muy lejana, había otro mundo, era el mundo de las hadas.
Este era un mundo hermoso, colorido y las hadas que lo habitaban, eran de una hermosura incomparable.
De largos cabellos dorados como el sol y mirada transparente, su figura, a pesar de no ser humana, eran muy parecidas a los seres humanos , con la diferencia de que las hadas eran, etéreas, volátiles.
Ese mundo tenía una particularidad, no habían seres humanos, ni animales, sólo existían jardines repletos de rosas, aunque ninguna otra flor, sólo rosas con sus deliciosas fragancias y colores, que era el marco ideal para aquellas bellísimas hadas.
Pero… a pesar de ser inmensamente felices, un día, las hadas comenzaron a desear otras cosas, ya no les alcanzaba la belleza de su mundo, querían conocer otras cosas y comenzaron a sentirse tristes, sin saber, en realidad, qué era lo que querían.
Cierto día, no sólo las hadas estaban tristes, también las rosas comenzaron a marchitarse y Dios, al ver que al mundo de las hadas había entrado la tristeza, les habló así:
___Mis queridas hadas, ¿qué ha pasado con ustedes? Ya no tienen la alegría que me llenaba el alma al verlas y vuestros jardines se están marchitando, ¿qué les sucede?
___Oh, Dios, perdónanos, somos unas mal agradecidas, nos has dado todo lo bueno, hermoso e inimaginable pero… algo nos pasa, no sabemos qué es pero nos sentimos tristes. ¿Será posible que con tu inmensa bondad nos ayudes a superar lo que nos está pasando?
___No os preocupéis hermosas hadas, todo en el universo tiene su razón de ser y esto también estaba previsto, yo podría con sólo mi pensamiento resolverles el problema, pero sería demasiado fácil y lo que se consigue con facilidad, también se pierde con la misma facilidad, y pronto tendrían un problema nuevo. Les he dado suficiente sabiduría e inteligencia como para que vosotras solas resuelvan vuestro problema, sólo les diré que os fijéis en vuestros jardines, ved las rosas y sus colores, es todo lo que os diré…
Y diciendo esto, Dios abandonó el mundo de las hadas, dejándolas más tristes aún pero dispuestas a resolver el problema.
Hubo entonces una reunión de hadas, donde cada una expuso su punto de vista y dio su opinión, nada las satisfacía hasta que una de las hadas más viejas y sabia dijo:
___Queridas hermanas, creo tener la solución a nuestro problema y muy humildemente les digo que lo que nosotros sentimos es …soledad.
___¿Qué es eso? Preguntó una de las más jóvenes.
___La soledad es algo que nace muy adentro nuestro y que solamente la compañía de otro ser puede ahuyentar.
___Pero nosotras no estamos solas, nos tenemos a nosotras mismas ¿qué mejor compañía necesitamos?
___Es cierto, hermana. Pero como Dios nos ha dicho, esto estaba previsto, creo que deberíamos concentrarnos en lo que Él nos ha dicho, las rosas.
___Pero, ¿Qué hay con ellas? ¿qué podríamos hacer para que no se marchiten?
___¿Se han dado cuenta de que solo hay rosas en nuestro mundo?.
___Es cierto, me agradaría poder sentir el aroma de otras flores también.
___A eso me refiero, en nuestro mundo solo existen las rosas y nosotras, quizá deberíamos tratar de encontrar, con nuestra magia, la cual hace tanto que no usamos, algo más, y no solo flores, por algo Dios nos dio sabiduría, ¿no lo creen así?
___Muy cierto, deberíamos concentrarnos entonces en lo que Dios no dijo.
___El color de las rosas…
___Eso mismo, ¿han notado que tenemos rosas rojas, amarillas, blancas y negras?.
___Si pero, qué tienen que ver sus colores?
___Ahí es donde debemos concentrarnos.
Y luego de mucho pensar y opinar, la sabiduría de las hadas les permitió ver otro mundo, muy lejano, en donde esos colores tenían un significado, se transformaban en algo que ni ellas imaginaban, razas, las cuatro razas de nuestro mundo, la amarilla, la roja, la negra y la blanca, seres humanos.
Y utilizando toda su energía y con la ayuda de Dios, crearon este mundo, el que vieron con sus pensamientos y lo llamaron Tierra y sobre él colocaron en cada zona un puñado de rosas, las que se convirtieron en hermosos seres humanos, de colores semejantes al de las rosas y se formaron las razas, la amarilla, la blanca, la roja y la negra, dándoles libre albedrío de unirse entre sí y formar nuevas razas y así se formó nuestro mundo, con magia, con color y con calor y las hadas no volvieron a sentirse tristes porque nunca más estuvieron solas.
En sus viajes por el Cosmos, vienen a la tierra y conversan con sus hijos, los ayudan y calman sus angustias, porque eso es el mundo, alegrías y tristezas combinadas pero…en compañía.
(Desconozco Autor)
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