Mi Fortaleza Ya Vencida
Ahogado en mi esperanza tan pobre, frío y desgarrado un silencio crece en el interior de mi alma.
Cubre con sus siniestras garras que al mismo cuello amarra rompiendo en gritos de agonía al débil hilo de la vida.
Cuanto más busco la semilla que haga crecer en mi la alegría en misterioso caminante me veo convertido.
Piedras que al paso hieren a mis pies ya descalzos que trajeron consigo momentos de fortuna al tiempo que amargos.
Ríos que con sinuosa figura dibujaron mi tortuoso pasado en arroyos y cascadas y en su fin mi candor quebrantado.
Hojas que han sido mi lecho en oscuras y amargas noches de fantasmas burlones y sueños de viejas historias y cuentos.
Camino por senda, dolorido más lerdo y menos altivo arboles que son los muros de mi fortaleza ya vencida.
Desconozco el autor
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