No esperes de mí lo que no puedo darte, no me pidas el sol, ni el horizonte, no me pidas la luna, ni una pequeña estrella. No confíes demasiado en algunas de mis palabras, no siempre digo lo que pienso, ni pienso lo que digo, no sueñes un mañana junto a mí, tomados de la mano.
Mañana, tal vez, no existirá el mañana. No quieras arreglar tu vida contando con mi ayuda. Necesito todas mis fuerzas para arreglar mi propia vida, no me tendrás a tu lado cuando te sientas sola, yo me he sentido así y no es el fin del mundo.
No quiero verte triste, apenas soporto mi tristeza, no me digas quién eres ni cómo eres, no quiero conocerte. Todavía sé muy poco de mí y eso, eso me preocupa.
Hagamos un pacto, un pacto de caballeros a pesar que eres la más linda de las mujeres: cuando estamos juntos no me preguntes nada y yo no te daré ninguna respuesta que pueda lastimarte.
No me hables del futuro, no menciones proyectos. Mi único plan es amarte cada vez que quiero, cada vez que quieres, cada vez que podamos, no importa cómo, no importa dónde, no importa la razón; no siempre hay una razón para cada cosa.
Antes de amarnos no hay nada que nos una, después de amarnos tampoco, así de simple; lo único que quiero de ti es que me ames, con toda la profundidad del mar, con todo el vuelo de los pájaros, con toda la sensualidad de la vida, no quiero otra cosa ni creo que me puedas dar otra cosa.
Si estás de acuerdo seguimos adelante y no me pidas lo que no puedo darte...