¡ Ay, si yo tambien estuviese cargado de un secreto, como la lluvia sin caer en las noches de verano; un secreto envuelto en silencio, para poder irme con él, al azar ! ¡Ay, si yo tuviese álguien a quién hablar bajo, allí dónde el agua lenta chapotea bajos los árboles adormilados en el sol ! La calma de éste anohecer parece que está esperando unos pasos. Tú me preguntas de qué son mis lágrimas y no puedo esplicarte éste llanto, porque es un secreto que aún no me ha sido revelado.
Descuídate una vez siquiera, viajero tímido y pierde bien tu camino; y auque estés despierto del todo, sé como el mediodía enredado en los atractivos de la niebla. No evites el jardín de los Corazones Perdidos, que esperan el fin del sendero equivocado, cuya hierba está regada de arrancadas flores rojas, donde, el mar revuelto, late un agua inconsolable.
Ya has vigilado bastante esa cosecha de tus años cansados, ¡ Déjala que se arrase; y que no te quede más que el desolado triunfo de tu absoluta cosecha ! Autoría Tagore. Casimiroycordobés.-