No son las cosas...
No son las cosas lo que las cosas son: el hombre fagocita toda la materia y la convierte en epidermis de su culto. No hay hechos, sino juicios, y todo es y no es según el traje de la época. Habituados al rebuzno, con las riendas bien sujetas, la vida es una espuela que dirige el camino. No hay tiempo de pensar más que en el giro o pirueta que haga sobrevivir al estómago. No son las cosas lo que las cosas son ni nunca fueron ni serán, mientras no nos crezca la cabeza hacia dentro y desandemos el camino de regreso al Edén.
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