En la hora desnuda sólo eso un segundo de luz y paraíso
de aquellos que la amaron sabe los rostros mudos y su temblor de ala todos juntos abran el cofre y vea ella esos diamantes escondidos
libres al fin del cepo las palabras que mansamente caigan esos copos de nieve
sin red en un segundo blanco sobre el regazo de su mirada cobijados de par en par las dos puertas abiertas sólo un paso
decir adiós así
que el saco no se cierre sin librarle a la voz de sus cadenas
tacto y aire
encuentre allí esa voz sus zapatos perdidos
al fin cerrado el círculo del mundo
en la hora desnuda sólo eso un segundo de luz y paraíso
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