Temor de Dios indica un entendimiento interno
de cómo está "cableado" nuestro universo.
Tratar mal a otra persona, por ejemplo,
es como meter nuestro dedo en una toma eléctrica.
Es una causa que trae un efecto definitivo y doloroso.
Pero no es a la energía eléctrica a la que necesitamos temer,
sino al acto que nos pone en un contacto peligroso con ella.
Hoy
sé consciente de la chispa divina que hay en cada persona que conoces
Yehuda Berg
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