Besarte es soñar
Sí, besarte es soñar. Y acariciarte, rozar, sorber el cielo más hermoso. Pero si el tiempo puede, al arrancarte tu belleza, tornar en doloroso
recuerdo aquel mirar enajenado, aquel beso ardentísimo, aquel fuego, volcán de amor, y aquel dulce sosiego que sigue al jadear ebrio y callado,
¿Cómo sentir ligera, alada, pura la dicha del amor, si está ya herida por el mal que vendrá, nube de muerte,
tiempo ya gris que empaña la hermosura cuando empieza a dar fruto, y más erguida arde su luz, y duele más perderte?
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