Magdalena Rodríguez ESPECIAL PARA CLARIN
Silvina Ocampo, escritora hasta no hace tanto reservada a un público más bien selecto,
vuelve a través de sus tesoros inéditos. Sudamericana
ya lanzó dos títulos y promete más. Invenciones
del Recuerdo es una autobiografía en verso que Ocampo preparó
durante 3 décadas, y que fue mutando
—está visto que la transformación no es privativa de los personajes de sus cuentos—
de la prosa a la poesía.
El otro, Las repeticiones y otros relatos inéditos,
es una compilación de relatos, algunos de ellos publicados en revistas, otros que nunca salieron
a la luz y se conservan en manuscritos.
La edición y selección del archivo Silvina está a cargo de Ernesto Montequin,
traductor de oficio y lector infatigable de la obra de Silvina,
hoy encargado de la clasifiación del material que no cuenta
sólo con los papeles de la escritora.
"Del archivo de Silvina quedan por clasificar fotos, dibujos, ilustraciones, viñetas.
Cuando no podía escribir, dibujaba.
El archivo de fotos es muy interesante,
hay fotos de Bioy, Borges, Mastronardi, Peyrou, Bianco.
Muchas tienen sus negativos, algunos sin copia.
En lo que se refiere a papeles privados
—claro que no está pactada la publicación de este material—,
hay correspondencia y anotaciones dispersas.
Lo curioso es que tenía la costumbre de escribir cartas que no mandaba.
Hay hasta cartas a su hermana Victoria después de su muerte.
Y también hay parte del archivo de Bioy hijo,
y están los papeles del padre de Bioy,
que si bien no tienen valor literario, son verdaderos documentos históricos,
porque estuvo muy vinculado con la política,
fue ministro de Relaciones Exteriores de Uriburu,
presidente de la Sociedad Rural…", revela Montequin.
El plan dispone, al menos, otros tres libros:
uno de teatro inédito y Ejércitos de la oscuridad,
"cuya versión más completa es manuscrita y está en un cuaderno que le regaló Pizarnik.
Es una suerte de libro de anotaciones,
donde se combinan recuerdos, argumentos de cuentos, descripciones de personas o de cuadros.
A esto probablemente se le agregue una serie de textos autobiográficos de la misma índole".
Pero, ¿por qué publicar lo que un autor guardó como una pren da íntima?
"Esto fue una primera selección, lo más amplia posible,
para la que tuve en cuenta lo más importante: la elaboración
y el trabajo literarios", asume Montequin.
"No creo que sea válido el criterio hedónico de un texto,
que un lector entienda que hay allí una respiración
literaria no es suficiente si esto vulnera la voluntad del autor.
Siempre hay decisiones que tomar,
es el dilema que se presenta ante lo inédito.
Existe toda una tradición al respecto.
La obra de Kafka, básicamente,
iba a ser quemada por su propia voluntad.
Por otro lado, el escritor no resulta el mejor juez de lo que escribe.
Y a Silvina por cuestiones de carácter le costaba mucho publicar".
La necesidad de resguardar el material es indiscutible,
tratándose de una escritora de la talla de Silvina Ocampo;
Montequin augura un buen pronóstico sobre el destino del archivo:
"Todos los herederos coinciden en la voluntad de que quede en Argentina,
que no se disperse,
que sea de consulta libre para investigadores.
Se están buscando las instituciones más adecuadas. Hay que seguir los pasos legales,
estamos en tratativas; esperemos que esto se pueda concretar".
De La Red
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