Es una palabra tomada del latín y significa “venida”. Con este nombre se llama a las cuatro semanas inmediatamente anteriores a la fiesta de Navidad. Es un tiempo que en el hemisferio sur coincide con la primavera: la misma naturaleza está acunando en su vientre las nuevas semillas, los brotes, la vida. Como comunidad cristiana celebramos también la vida que se está gestando en el vientre de una muchacha de palestina, llamada maría, de la que se enamoró el mismo Dios, por decirlo a modo de nuestro lenguaje.
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