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Un año muere
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Otro año se ha ido deprisa…
al brindar las copas se alzarán;
el reloj marcará la partida,
nuevos sueños han de germinar.
En las horas que quedan admito
que no he sido constante, ni fiel,
¿cuántas veces te hablé como amigo?
¡Cuántas veces de ti me olvidé!
Muchas veces se fue la esperanza
por pensar que no estaba tu luz,
mas mis ojos nublados de lágrimas
no te vieron, amigo Jesús.
Reconozco que en mis desaciertos
de abandono quizás te acusé,
pero luego en mi inmenso desierto
sin reproches fuiste mi sostén.
Hoy te imploro, perdones, amigo,
si flaquearon mi fe y mi amor,
ante ti sólo llevé mis penas,
mas tu paz alivió mi dolor.
Te agradezco el trabajo, el sustento
y las manos que rozan mi faz,
por las risas de niños traviesos
que dan júbilo y vida al hogar.
Te encomiendo mis seres queridos
los amigos que a mi lado están
y a los que me obsequiaron olvido
dales hoy la esperanza y tu paz.
Te agradezco la pena y el llanto
que mi hicieron llegar hasta ti,
el temor, soledad, desencanto
y las horas que he sido feliz…
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