El Arpa Arturo Quirós Lépiz
"De que manera tan cariñosa trata el arpista su arpa!
Encuentra en ella una nota desafinada y desagradable.
Estira la cuerda con el tornillo torturador,
y aunque parece que va a reventar a causa de la tensión,
la sacude nuevamente y se inclina con suavidad
para oirla como antes,hasta que, al final,
es posible ver una sonrisa en su rostro,
cuando concierta con la verdadera nota."
Anónimo
Puede ser que Dios este trabajando contigo de la misma manera.
Amándote mucho más que el arpista ama su arpa.
El puede encontrarte como si fueras un conjunto de cuerdas
disonantes.
El toca las fibras de tu corazón causándote dolor.
Se inclina sobre tí con amor, golpeando y escuchando,
y al oir solamente una voz aspera de queja, vuelve a tocar,
mientras que su corazón sangra por tí,
esperando ansiosamente de aquella tirantez;
"Hágase no mi voluntad sino la tuya";
la cual es una melodía tan dulce a sus oídos
como la de los mismos ángeles.
El no cesará de tocar hasta que tu alma
purificada por la aflicción se haya mezclado
con todas las armonías puras e infinitas de su propia existencia.
Su amigo y hermano Arturo
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