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EL RECUERDO DE MI SUEÑO
 
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General: EL CUENTO DE HOY: EL DULCE ESPIRITU DE MIS SUEÑOS
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: GRACIELALL  (Mensaje original) Enviado: 27/12/2009 19:37
EL CUENTO DE HOY: EL DULCE ESPIRITU DE MIS SUEÑOS

 
          

El dulce espíritu de mis sueños

Del libro CUENTOS DE TERROR Y MISTERIO Libro 2:

 “Fantasmas y Apariciones misteriosas en el distrito de Barranco”.

Eran las once de la noche de un viernes de invierno de los años 60, yo me encontraba sumido en profundas reflexiones acerca del tiempo y cómo este influye en la vida humana. Estaba solo, pues mis padres y hermanos habían salido y me encontraba en mi dormitorio ubicado en el segundo piso del chalet signado con el No. 317, de la avenida El Sol Zona Intermedia en el distrito de Barranco, donde vivíamos.
Estaba echado sobre la cama con la cabeza colocada sobre mis manos entrecruzadas por lo cual ambos brazos formaban un arco. En ese momento, sumido en mis pensamientos, yo miraba la bombilla eléctrica que colgaba en el techo, cuando en eso apareció intempestivamente frente a mí una niña de unos siete años de edad. Era de tez blanca, tenía unos hermosos ojos verdes y un largo cabello de color castaño que caía como un racimo sobre sus delgados hombros. Su mirada dulce y profunda llegó hasta los confines de mi alma juvenil. Ante tan intempestiva aparición me asusté y quise gritar, pero ella me dijo ¡Shsss! Poniendo su dedo índice derecho sobre su boca para que yo guardara silencio. Vestía una túnica blanca y de su pequeño cuerpo irradiaba una luz brillante que casi me cegó.
- Soy el Espíritu de tus Sueños -me dijo suavemente- y traigo conmigo la llave que abrirá la puerta de tus más íntimos anhelos.

Se acercó a mí caminando como si fuera una gacela, puso su mano derecha sobre mi frente y me quedé profundamente dormido. Entonces ella me guió a través del Sueño por hermosos campos y sendas llenas de flores, donde los árboles se susurraban unos a otros en la dulce tranquilidad de la primavera, hasta que llegamos a una enorme y sombría casa con ventanas que tenían persianas de madera y un elevado tejado medio oculto por la sombra de las primeras horas de la mañana. Me di cuenta que las persianas eran de color negro, y que la casa parecía estar revestida por una absoluta tranquilidad.
- Ésta – susurró ella en mi oído - es la Casa del Pasado. Entraremos y juntos recorreremos sus habitaciones y pasadizos; pero apresúrate, pues no tendré la llave por mucho tiempo.

El Espíritu de mis Sueños giró la llave y empujó la enorme puerta y cuando esta se abrió e ingresamos a un salón que estaba vacío. De pronto, escuchamos sonidos de susurros, lamentos y gemidos, y el suave roce de las telas que se mueven en el sueño cuando la gente está por despertar. Entonces, un espíritu lleno de tristeza se apoderó de mí espíritu, mis ojos comenzaron a arder como si fuera a llorar, y sintió mi corazón una extraña sensación como si de pronto despertara algo dormido en lo profundo de mi alma. En ese momento, mi ser entero había caído rendido ante el influjo de la profunda melancolía. Cuando avanzamos por el salón, me pregunté por qué estaba triste, en tanto que las voces lastimeras y los sollozos se escucharon por doquier delante de nosotros, y al mirar pude darme cuenta que el ambiente de aquella singular casa estaba lleno de ojos tristes y nostálgicos. Ella volteó y al verme me dijo suavemente:
- No dejes ni permitas que la tristeza y la nostalgia te aplasten ni agobien. Ellas, felizmente no despiertan frecuentemente. Duermen durante largos años y sólo aparecen cuando alguien las despierta. De repente las has despertado tú por eso te sientes triste. Pero observarás que los cuartos están todos ocupados por los Recuerdos y a no ser que lleguen visitantes como nosotros a perturbarlos, jamás despertarían. A veces, la tristeza es demasiado agobiante como para soportarla, por eso la mente se debilita y la persona sufre. Por esta razón, la Memoria Humana les entrega a la tristeza y la nostalgia el sueño más dulce y profundo que posee para que no perturben a las personas.
- Pero, escucha - dijo ella tomando mi mano- ¿no oyes acaso, el temblor del aire a través de toda la Casa, que se asemeja al murmullo del agua cayendo por una cascada? ¿Y quizá ahora tú... recuerdas?
Yo ya había captado débilmente el inicio de un nuevo sonido aún antes de que ella hablara, y ahora, de lo profundo de los sótanos bajo nuestros pies, me llegaba el murmullo y el movimiento ligero de las Sombras Durmientes. Se elevaban desde algún lugar del sótano de la Casa, y su vibración corría suavemente por sus paredes despintadas, sus ventanas, sus puertas, sus cuartos y sus techos envejecidos. Y entonces supe que había escuchado el lento despertar de los Espíritus del Pasado.
En ese instante, empezó en mí espíritu una terrible invasión de recuerdos de mi niñez e infancia y llegaron hasta mis ojos que ahora estaban inundados por el llanto que produce la nostalgia del pasado. Mi Memoria trajo a mí, las voces guardadas hacía mucho tiempo atrás por el Olvido. De hecho, toda la Casa del Pasado estaba despertando ante mi presencia y la del Espíritu de mis Sueños. Mientras el Espíritu de mis Sueños y yo caminábamos por aquella casa, sentí el penetrante perfume del tiempo con sus hechos guardados en mi Memoria: mi llegada al mundo, mi primer juguete, la sonrisa de mi madre, los consejos de mi padre, mis juegos con mis hermanos, mi primer latido de amor, la sonrisa y las aventuras con mis amigos, las tardes nostálgicas cuando el amor se va, los pedazos de mi cabello castaño guardados por mi madre, las estampitas y el libro de misa, la sonrisa de las niñas y los muchachos en el verano en el distrito de Barranco; todos aquellos hechos por largo tiempo conservados en el baúl de mi Memoria con su profunda y delicada fragancia; la aromática presencia de los recuerdos perdidos, el delicioso incienso del pasado. Ante la silenciosa presencia del Recuerdo, mis ojos se inundaron de lágrimas, mi corazón se contrajo como una flor azotada por el viento del otoño, mientras caía bajo el influjo de esos antiguos recuerdos, sonidos y aromas del tiempo que habían despertado en mi Memoria olvidada.
Estos recién despiertos Espíritus del Pasado -olvidados por mí bajo los hechos y recuerdos más recientes- se apretaban contra mí entristecido espíritu haciéndome recordar lo que yo hacía tiempo había olvidado en el viejo Baúl de los Recuerdos. Ellos, me guiaron a mí y al Espíritu de mis Sueños, a través de la inmensa Casa del Pasado, de habitación en habitación, de piso en piso, de escalera en escalera, donde en cada una de ellas mis Recuerdos había despertado y saludaban mi paso por aquellos lugares con una sonrisa de niños pequeños que jugaban en mi alma. Pero no todos los Espíritus del Pasado eran igualmente claros para mí, algunos eran débiles, pues me habían dejado una impresión casi borrosa y no habían influido casi en mí ser; mientras que otros me observaban casi con reproche con sus apagados y desteñidos ojos, como deseando retornar a mi Memoria; y al ver que por mí no eran reconocidos regresaban flotando suavemente hacia las sombras de sus habitaciones, para volver a dormir hasta el Día Final, cuando no fallaré al reconocerlos.
- Muchos de estos recuerdos han dormido, tanto tiempo - dijo el Espíritu de mis Sueños - que despiertan sólo a duras penas. Sin embargo, una vez despiertos te reconocen y recuerdan los hechos nítidamente, aunque tú no logres hacerlo. Mientras tú no los evoques en forma clara, o sea, mientras no recuerdes precisamente cuándo los conociste y con qué causas particulares de tu vida pasada están asociados, no podrán mantenerse despiertos y regresarán al Baúl de los Recuerdos. Pero sucede que si no los recuerdas, cuando vuestros ojos se encuentren entre sí, a menos que su mirada de reconocimiento les sea devuelta por la tuya, están obligados a regresar a su sueño, silenciosa y desconsoladamente -sus manos sin estrechar, sus voces sin ser oídas- para tener un sueño inmortal y paciente, hasta que... los recuerdes algún día. No olvides que los Recuerdos existen solamente si te das cuenta de ellos, sino no tienen vida en la casa de tu Memoria.
En ese momento, tomé conciencia de un abrumador sentimiento de deleite y alegría. Sentí que algo dulce me había tocado suavemente los labios, y un fuego poderoso cayó a lo profundo de mi corazón. Me di cuenta de que mi pulso latía aceleradamente, los vellos de mi piel se erizaban, mis ojos se enternecieron como si fueran los de un niño cuando ve una flor, y la asfixiante tristeza de aquella Casa del Pasado fue disipada como por arte de magia. Expresé una exclamación de júbilo al sentir aquella deliciosa sensación, pero esta de inmediato fue atacada por un triste coro de sollozos, gemidos y suspiros que pretendían callarla. En un rapto de felicidad, miré e instintivamente abrí mis brazos hacia la visión de un rostro que estaba grabado en mi Memoria y guardado en el Baúl de los Recuerdos. Entonces, vi su cabello, sus labios, sus ojos, su hermoso cuello, y el antiguo perfume usado por ella ¡¡Cuánto tiempo hacía de ello!! Me quedé sin aliento, pues aquellos labios para mí eternos, estaban en ese instante, que deseé que fuera eterno, nuevamente sobre los míos; su cabello de oro despidiendo un brillo que cayó sobre mis ojos; sus delgados brazos alrededor de mi cuello, y el amor de su alma antigua cubriendo la mía a través de sus ojos todavía fulgurantes y claros como la luz. Pero aquel feliz momento fue interrumpido por el tumulto de sonidos lastimeros, sollozos, gemidos y susurros que me impedían recordar aquella maravilla inenarrable. ¡¡Si sólo pudiese recordar aquella vez en que ella y yo...!! Pero las brumas del tiempo impedían que yo viese con claridad a aquella mujer que me había robado el corazón y cuyo recuerdo pugnaba por salir del Baúl de los Recuerdos.
Quería recordarla, a pesar del Tiempo, de las brumas del Olvido, de los sollozos de la Melancolía y la Nostalgia. Pero en mi Memoria había muchas cortinas que se levantaban de mi alma impidiéndome hacerla salir del fondo del Baúl de mis Recuerdos. En ese momento mi corazón se estremece, y tengo miedo, mucho miedo, por mi impotencia de traer a mi amada a mi conciencia. Otra cortina se eleva dentro de mí espíritu pero cae con gran estruendo por mi férrea necesidad de traerla a mi Memoria y finalmente veo a través de la ventana del Olvido y comienzo a caminar por el sendero del Recuerdo y así empiezo a recordar, su piel blanca, su cabello castaño oscuro, su gracia ingenua, sus maravillosos ojos de color verdusco, su esbelta figura, su cuello de cisne, su genio estentóreo y la altivez a toda prueba, su sonrisa de primavera, su dulzura escondida y su candor de niña dulce. Ahora recuerdo como si fuera un sueño dentro de mí sueño, siento que me cautiva nuevamente, tomando posesión de todo mi ser... la sonrisa plena... el matrimonio con la vida... las estrellas en aquel mágico cielo bajo el cual hicimos el amor... los susurrantes vientos entre los árboles... el suave murmullo del río y la música de los eucaliptos al inclinarse y suspirar en el valle de mis sueños.
De pronto, el Olvido aparece intempestivamente en mi Memoria y la imagen del amor perdido se distorsiona un poco y comienza a borrarse, luego parece surgir nuevamente. Entonces, el Recuerdo sentado a la vera del camino de mi Memoria, la hace aparecer y ella me observa sonriendo desde el final de la Habitación del Pasado, donde las sombras comienzan a cubrirla y a ganarla de vuelta con sus brazos estirados hacia su sueño de años en la Casa del Pasado. La miro y estremeciéndome entero, con su misterioso perfume aún impregnado en mi nariz y el calor del fuego de mi corazón, me despedí de ella con una sonrisa e ingresó nuevamente a la Sala de los Recuerdos, di la vuelta y seguí al Espíritu de mis Sueños por una amplia escalera, hacia otra parte de la Casa del Pasado. Al entrar con el Espíritu de mis Sueños a los cuartos del segundo piso, escuché al viento pasar cantando sobre el tejado. Su música tomó posesión de mí alma y sentí como si fuera a quebrarse; y todo porque escuché al viento cantar en torno a la Casa del Pasado. En ese instante, me dijo el Espíritu de mis sueños, dando respuesta a mi inexpresada pregunta sobre el viento:
- Recuerda siempre que estás escuchando la canción que el viento ha cantado por incontables siglos y para muchos oídos. El viento, como el mar, le habla a la Memoria más íntima y profunda de nuestros espíritus y por ello su voz es triste y profundamente nostálgica. Es La Canción de las Cosas por Siempre Olvidadas, las que son incompletas, inconclusas, insatisfechas.
Advertí que nada se agitaba, mientras pasábamos el Espíritu de mis Sueños y yo por las silenciosas habitaciones. No escuché ningún sonido, pero, ella para tranquilizarme me dijo que todos cuartos estaban llenos de cosas del pasado, y escuchamos en ese momento que en los pisos inferiores el murmullo de las Sombras Llorosas emitía un sonido triste al retornar a su eterno sueño en el Baúl de los Recuerdos, instalándose nuevamente en el silencio, la oscuridad y el polvo que flotaba en esta Casa del Pasado. Llegamos a una habitación donde había camas con figuras echadas en ellas.
- Estos son los Recuerdos más antiguos, los dormidos hace mucho tiempo, dijo el Espíritu de mis Sueños señalando a las filas repletas de silenciosos durmientes-. Nadie aquí ha despertado por siglos, son demasiados para contarlos; y aún si despertaran no podrías reconocerlos. Ellos son, como los otros, todos tuyos, sólo que son los recuerdos de tus etapas más tempranas a lo largo del gran Camino de la Vida. Sin embargo, algún día, despertarán, y deberás reconocerlos y contestar sus preguntas, pues ellos no pueden morir hasta no agotarse a sí mismos a través de ti, quien les dio la vida.
- ¡¡Que tal tarea me toca realizar!! -pensé preocupado, escuchando estas palabras- cuántas madres, padres, hermanos, parientes, pueden entonces estar dormidos en este cuarto; cuántos fieles amantes, cuántos amigos de verdad, ¡¡cuántos antiguos enemigos!! Y pensar que un día se levantarán y me confrontarán, y yo deberé encontrarme con sus ojos nuevamente, reclamarles, conocerlos, perdonarlos, y ser perdonado por los recuerdos de todo mi Pasado. Después de estos pensamientos, volteé para hablarle al Espíritu de mis Sueños y toda la Casa del Pasado desapareció, se disolvió con el brillo del amanecer, y escuché a los pájaros matinales cantando y vi las nubes despidiéndose de las estrellas ante la llegada de la luz del día en aquellos años de mi adolescencia en los años 60 en el distrito de Barranco.

Freddy Bravo

  

          

 

 



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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: gladiolos Enviado: 27/12/2009 21:28

UN  POQUITO LARGO EL CUENTO PERO PRECIOSO

 



 
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