Reinaba
un silencio impresionante
esperando que se iluminara el "Belén"
como si llegara un Dios de las alturas
y pusiese en movimiento un gran "Edén".
Todos sabíamos que todo era artificial,
mas algo había en el ambiente
que llenaba de misterio aquel lugar.
Fue un tiempo magistral,
el silencio se convirtió en exclamación,
y grandes y pequeños se llenaron de gozo
ante aquella Santa tradición.
La representación nos la mostraron
en un bosque encantador,
los árboles hablaban,
los personajes del bosque cantaban su canción
"El nacimiento" de este año
giraba ante el portón,
la gente seguía con la idea
de que cada año nos nace el "Niño Dios".
Del bosque salían "Villancicos",
los arboles mostraban su esplendor
como artistas improvisados
ante aquella divina expectación.
Los niños estaban embelesados,
para ellos era algo irreal
ver todo un mundo en movimiento
la gente cantaba entorno aquel "Portal".
¡La canción decía a toda voz,
que el bosque era esplendoroso
que el bosque era belleza
que todo estaba en flor!
Y todos parecían que la conocían,
era algo que daba pena, o dolor,
y que era alegría triste
que encierra un gran amor.
La función fue tan grande,
lo que allí se representó,
la exclamación fue tan tremenda,
que cuando se cerro el telón
el público estaba convencido
que había nacido "El niño Dios".
Manuel
González Álvarez
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