Cuando las hojarascas del otoño Comenzaron a golpear mi puerta Un ángel, salido como de un retoño Hizo renacer los frutos de mi huerta.
Y aquí estas tú, parada frente a mí Con tu aura angelical Despertando desde mis entrañas Este amor eterno y sin igual.
Tú, protectora de mis más profundos sueños Tú, dulce néctar de mis desvelos Tú, razón de mí existir Tú, dueña de esta alma sin dueño.
Y aquí estas tú, cuando el amor se cree perdido, Cuando el otoño de la vida se me abalanza Poniéndole razón a mi sin sentido Y una luz de vida a mi enferma esperanza.
Tú, luz que ilumina mi día Tú, estrella que guía mi barco Tú, alma que inunda mi alma Tú, el único amor de mi vida.
Y aquí estas tú, con tu alma desnuda, Con tu amor a flor de piel Construyendo mi futuro por un camino plagado de rosas y miel.
Tú, la más hermosa del mundo Tú, puro amor y pasión Tú, corazón iracundo Tú, ojos tristes con razón.
Y aquí estas tú, parada frente a mí Y aquí estoy yo, parado frente a ti Dándote gracias, y gritándole al mundo Que tú le diste vida a este corazón vagabundo.
Poema enviado por
~*~ Gustavo Méndez ~*~
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