“La mayoría de los niños oyen lo que dices,
algunos niños incluso hacen lo que dices,
pero todos los niños HACEN LO QUE HACES”
Kathleen Casey Theisen,
socióloga norteamericana
La sociedad está desesperada por encontrar la “piedra filosofal” de la educación, esa que haga que los niños se “porten bien” siguiendo las directrices de turno, no fracasen en la escuela y sean sanos y felices, y en esa búsqueda aparecen todo tipo de remedios de dudoso pelaje: modificación de conducta vía fármacos (ritaline) o por métodos conductistas, agenda llena de actividades, externalización de la crianza desde bebés y delegar en terceros (por la creencia de que el otro siempre lo hace mejor), manuales de consejos, etc.
Sin embargo, esa piedra filosofal sí existe, pero ni se puede comprar, ni está lejos porque SOMOS NOSOTROS MISMOS.
¿Qué ocurriría si los Reyes Magos en vez de objetos materiales regalasen un 20% más de virtudes a todos los padres del mundo? Y ya puestos, a todas las personas del mundo…
Más paciencia, más presencia, más respeto, más empatía y menos adultocentrismo, más entrega, más amor, más escuchar, más flexibilidad, más capacidad de perdón, más humildad, …
Ya que el ejemplo es la única vía eficaz y duradera de aprendizaje/enseñanza y que los niños hacen lo que ven, bueno y malo, cualquier cambio positivo en la conducta/emociones de los padres y adultos siempre será fructífera.