Cuantas veces te he hecho sonreír
intentando alegrar tu manera de vivir,
las cosas buenas que aprendí
te las regalo, son para ti.
Cuantas veces he preferido callar
por no ver tus lágrimas temblar,
estoy contigo si estás sufriendo,
escaparemos corriendo...
como niñas en la oscuridad.
Y aunque no te escuche...
oigo tu silencio palpitar,
nos separa y nos une
a través de los días, al azar.
Has aprendido a ser valiente
a golpes de pecho ardiente,
a querer bien a tu gente,
a ganar mi corazón para siempre.