Muchacha sin nombre
El silencio del mar no es como el tuyo.
Tú tienes un rumor distinto,
otro silencio, otra manera
de callar,
igual a la del árbol
cuando lo mece el viento. Si supieras,
muchacha,
cómo te escucho cuando cruzas
grácil y delicada, por mi calle.
Me asomo
como un furtivo cazador, y espío
tus pasos.
No me atrevo
a pronunciar palabra
pues sé que si me hablaras romperías
el encanto.
Desconocer tu nombre,
no desear tu cuerpo
ni perderme en tus ojos;
oírte solamente
cruzar la linde de mi vida
es alcanzar la luz, sentir tu música
callada,
repetir el misterio cada día
-feliz anonimato-, la verdad silenciosa
de tu maravillosa juventud.
Tu nombre no sabido
alguien lo ha pronunciado esta mañana
y he sentido agitarse
como el dolor de un pájaro en el pecho.
Francisco Mena Cantero
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