Cuando Leopoldo vio a su amigo Oscar Rodríguez entrar en el laboratorio, este le dijo: -Es muy raro todo lo que nos pasa. -Y la silla? -Ya no la necesito. Estoy teniendo sueños muy extraños. Soñé que me moría y que nacía varias veces, renacía varias veces pero en la misma vida, en esta. El Oscar piloto de avión un día se murió y nació el Oscar de la silla de ruedas y ese Oscar está a punto de terminar para dar paso a este que ves ahora, distinto a todos los anteriores y sin embargo, el mismo. Todos los Oscar me enseñaron algo. No voy a volver a caminar como lo hacía antes, voy a caminar de una manera nueva con todo lo que aprendí en la silla y lo que voy a aprender en las muletas. Vivimos muchas muertes y renacimientos a lo largo de la vida, de lo que creemos es la única vida. Es posible que no haya una sola muerte sino muchas. Renacemos en cada cambio que la vida nos propone, en cada despertar. Todos los cambios dan lugar a muertes, a nuevas vidas y creemos que es el último cambio y ahí está el error. Cuando Leopoldo vio a Ratchel entrar de nuevo en su vida, esta le dijo: -Soy yo, Raquel, en tu idioma, aquella a quien has amado en muchas vidas anteriores. -Eres un fantasma? -No. Soy un espíritu. La mente no hace más que crear abismos que solo el corazón puede cruzar. El dolor dice cosas que debemos oír. Tienes tanto por dar! El operador de cine se acabó para que nazca el inventor. Vives en la pobreza desperdiciando el talento para crear y prefieres emborracharte y llorar al que finalmente ha muerto. No puedes evitar que tu vida sea un tango. Sueña, sin sueños no somos más que un montón de vísceras. -Para qué servimos? Qué estamos haciendo acá enamorados del dulce de leche, del asado con los amigos, de las mujeres si un día te tiran a la basura o te meten en un cajón y si tienes suerte, durante algún tiempo somos un recuerdo? Qué sentido tendría aprender si después de esto no hubiera nada? Si todo acabara con la muerte? O vamos a volver o lo que aprendemos acá nos va a servir en alguna parte? -La gente sin sueños, se muere antes. Todo es posible, solo hay que atreverse. Está claro que la misión más importante en la vida es aprender. -Y si yo muriera, podríamos irnos juntos? -Ni se te ocurra. Tenemos que encontrarnos en la vida. Ya va a ocurrir. Eso sí, prométeme algo: si te mueres, no te mueras sin decirme a dónde vas...
FUENTE: `No te Mueras Sin Decirme a Dónde Vas, película argentina de 1967 de Eliseo Subiela, productor Damian Kirzner.
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