Todo termina en ti; nada franquea tus bordes más lejanos; como si fueras playa, y la marea te acariciara con sus propias manos, sin pasar adelante, satisfecha de haber llegado. ¿Para qué seguir? Hoy tu abrazo me estrecha, y en esa paz me quedaré a vivir.
Brevería Nº 1404
Poemas
2257 - Vivir, renacer, morir No sé de dónde vine, trashumante de cien caminos por adversa tierra que nunca me impactaron. Si hubo guerra, yo, hombre de paz, no fui beligerante.
Si en concordia vivían, yo, intrigante, revolvía conciencias. Quien se aferra a su entorno, es cerebro que se entierra en noche ambigua o credo intolerante.
Al recalar en ti supe quién era, mi origen, mi destino, mi manera, como si para ti hubiera nacido.
Y al ausentarte de mi vida luego, fue como si una turba a sangre y fuego dejara mi castillo derruído. Los Angeles, 15 de noviembre de 2009