Qué delicadamente sostienen su corazón, la inocencia y el amor en su interior, todos gentilmente envueltos en fino papel, atados con un moño azul.
Qué frío puede parecer el mundo cuando ustedes salen afuera, hacia él mientras tratan de proteger su corazón contra los vientos y las tormentas. Y qué tentador es robar su corazón para tornarlo de acero contra ellos y tratar de fortalecerlo, tornándolo más frío y más duro. Algunas veces se percibe que deben hacer esto para aliviar el dolor. Que deben hacer esto para aliviar el dolor mediante la tibieza y el compartir, mediante la ternura hablada y la gentileza devuelta.
Pero el corazón no se torna lo suficientemente fuerte endureciéndose y la fragilidad no sirve. El corazón crece fuerte a través de la franqueza y el flujo, a través de la tibieza y el cuidado, aún cuando ese cuidado e interés sean brindados por ustedes solamente para ustedes mismos. El corazón es un músculo elástico que los sanará si sólo se permite tener un flujo de amor a través suyo. No sana a través de la protección y del estancamiento sino abriéndose ampliamente al flujo de la comunicación y conexión humana.
Ábrete pequeño corazón con amplitud. Confía en esta verdad, que abriéndose en unidad y amor, crecerás más fuerte. Confía en esta verdad que el amor debe fluir y que este flujo comienza dando una y otra vez, abriendo su corazón y permitiéndose amar y luego amar más y entonces aún más. Recuerda que amar a alguien es siempre un gran regalo para uno mismo, no solamente para los demás. Y que hasta incluso el amor no expresado abiertamente, cuando se le permite fluir, puede sanar.
Y recuerda también, asegurarte que uno de los receptores de todo su amor eres tú. Porque cuando te amas a ti mismo profunda, verdadera y cálidamente, cuando te hablas bondadosamente a ti mismo y te prodigas un elogio, cuando tú gentilmente te alimentas con cada regalo que es tuyo y te aceptas amorosamente simplemente como eres, entonces tú lo tienes todo. Tú eres el dador y el receptor. Tú eres el corazón abierto que fluye.
Y dentro de este flujo, tú y tu tierno corazón crecerán más y más fuertes con cada momento que transcurre. Y algún día, te permitirás a ti mismo resplandecer con todo lo que eres y tu corazón sonreirá y aceptará gustosamente el amor que fluye desde otros a cambio.
de la red