Moriré de ti
Aunque vuelvan los colores eventuales a teñir los minutos de un Jueves que nunca llega, pues es ajeno irreal, enrarecido.
Me ha dentado un áspid ha dejado quebrados sus colmillos en mi carne
Arrancar el dolor enmudecido por la mordaza del trabajo. Arrancar uno por uno los venenos impávidos y hundidos en mis venas, en mis vísceras. No puedo.
Aunque vuelvan los colores eventuales ¡Morire de ti!, ... tal vez.
Jeison Aparcana Revilla
|