HISTORIA DEL ESPIRITU DE UNA GAVIOTA Su espíritu se despertó suspendido en la cima de un monte, quizás acompañado de la mano de un Dios, quizás de una nube,quizás de la nada.   La primera cosa que sintió sobre de si mismo fue el enorme espacio que lo circundaba y una profunda sensación de libertad, de movimiento. Sentía la necesidad de volar, per también la falta de algo, algo que su ser no podía conocer pero solamente buscar. Sabía que la immensidad que espaciaba a su alrededor no hacía parte de él y que habría podido conquistar su derecho a quedarse en ese mundo donde había llegado. De la cumbre debilmente escalada del sol de la mañana abrió sus pensamientos y como un solo espiritu puede, comenzó a volar y sin una meta buscó de entender lo que veía. El blanco intenso de la nieve lo sorprendía pero el gris de las rocas recogió sus pensamientos y nuevos dibujos se formaron en su mente para descrivirse a si mismo lo que percevía.                                           Una miríada de esfumaduras y de colores comenzaron a dibujar un mundo y como dos almas que ya se conocen el mundo y su huesped se dieron la mano. Los triángulos puntiagudos del las montañas se hicieron más le janos y las lineas se hicieron más curvas.   Después de la nieve y la roca olvidŏ el hielo trasformandose, modificar su estructura cristalina y derretirse en un liquido llanto. Enseguida el llanto se trasformó en arroyo y el arroyo continuò creciendo como un juego, como una musica, acompañandolo hacia nuevas metas.   Luego la herida colma de agua estrepitosa se hizo más amplia. La sangre blanca, trasparente reflejaba la luz del sol y recorría el sulco entre la hierba encrespandose sobre las rocas, deteniendose en remolinos… Y finalmente bailando en un lozano candor a los pies de una cascada.   El río ahora paseaba entre piedras redondeadas sin gemir y con la calma di quien conoce su destino. Adelante a los ojos de su alma se trasformó en un lago sin movimiento en el cual cada color se reflejaba imitando el cielo y los árboles y cualquier otra luz.   Los arboles capturaron velozmente su atención…   Y se perdió casi por caso adentro de un bosque de calientes colores.   Cuando alcanzó el limite recordó que se olvidaba de un árbol solitario y buscó instintivamente de alcanzarlo y abrazarlo. Donde lejos lo ve agigantarse y mientras lo alcanzaba le pareció tal alto que creía de alcanzar las palmas de los pies del cielo. Una flor de rojo intenso nació en un enorme prado verde y su imagen resultó la más importante.   Entonces se transformó pequeño-pequeño y entró en las rugas de un hilo de hierba. Una mariposa de mil colores pareció quererlo abrazar entonces él se apartó miedoso. La mariposa no tuvo ojos para mirarlo y cun paso de danza se le posó al lado para descanzar sus grandes alas exitadas de una brisa.   Los ojos del viento del espíritu se pararon en sus alas, la observaron cerrarse en un instante para después lanzarse de nuevo al sol.   Alguna cosa no muy lejana atrajo su mirada. Detrás de los ramos de un arbusto una pared de roca ripida y lisa se erigía debajo de un cielo azul. Acercandose a esa extraña montaña pequeña descubrió una abertura, casi un alaceración asemejandose a un ojo en la roca. Se transformó de nuevo pequeño y entró en esa abertura con la curiosidad de un niño cuando se la dá un juguete nuevo. En su interior descubrió un espacio delimitado de confines oscuron y netos. Sus pensamientos se hicieron cada vez más profundos, le pareció de encontrarse en otro mundo aún más desconocido y lejano a sus jovenes recuerdos. Vió que la joven montaña no conocía el blanco de la nieve y aún menos el azul del cielo. En su interior reinaba en cada cosa un viento firme de soledad.En un instante descubre de non conocer el mundo queriendo salir de ese pulmón de piedra. Miró instintivamente hacia arriba, el entrazado metalico del desván dejaba espacio a un aluz fría y dificil que hacía estremecer. Continuó corriendo en un labirinto de formas desconocidas sin encontrar un hilo de viento caliente donde poder vibrar. Las imagenes se hicieron confusas mientras sus ojos temblaban de miedo. Se dirigió instintivamente hacia una luz y sin saber se encontró en un calido color de la noche.   El sol estaba bajando en un horizonte plano que no dejaba espacio al recuerdo de la cima en la cual se habia despertado su alma. Volvió a tomar su viaje y poco después observó una infinidad de luces y colores que parecían invocarlo. Un breve titubeo blocó por un instante su vuelo haciendolo reflexionar sobre aquellos extraños resplandores Continuó a volar dirigiendose hacia las luces pensando que no habrían podido hacerles mal. Se acercó y llegó al centro de una ciudad. Atraído de una luz verde se paró junto a ella. Luego observó otra luz, y otra luz más hasta de olvidarse del cielo. Se confundió en ese mar de luces hasta cuando sus ojos no lo aceptaron más. Después buscó la luna, per la confundió con mil reflejos y se tropezó en un rayo de una lampara neon. Cuando al final consiguió salir de ese infierno lo dejó jadear de prisa limitandose a observarlo con una calma interior que no dejaba más espacio a ninguna otra atracción. Alla llegada del sol de la mañana cada cosa recobró los colores que conocía y las dimensiones que está acostumbrado a recordar. Volviendo a tomar su viaje se paró a observar las formas coloradas que forman la ciudad. Un nuevo orden de los cantos cortantes daban a esas imagenes una pureza que jamás habia encontrado. Continuó a observar estupefacto esas formas sintiendo que mientras su mirada estaba robada esas lineas inquietaban su alma. Sintió la necesidad de escapar mientras entendía que aquella no era todavía su meta. Dejó detrás de él la ciudad, y en esa llanura que se extendía adelante de el encontró con alegría los árboles, la hierba y los arrojos. Al improvviso cada cosa toma el orden que ya conoce y la misma sensación inquietante volvió a exitar su alma. Se olvidó la roca disuelta en granos finos del color bruno y los sureos unidos y paralelos que constituiban precisas arrugas en ese rostro del universo mientras los árboles se hacían cada vez más raros. Algo aparece en el horizonte. El cielo se confundió con una extención azul que abrazaba los escollos de la roca. Desde el alto desciende en una playa de arena, se acercó al mar y voló alambicando las olas mientras bañaban las orilla. Acareció la arena volando bajo, luego los reflejos de luz en el mar. En fin en ele cielo aparecieron las gaviotas y en esa visión bloqueó su recorrido. Dudoso se puso en la estela del vuelo de uno de esos y transportado de su seguridad lo siguó mientras bajaba a pique cerrando las alas para ser más veloz.   Una envoltura caliente de vida lo cubrió y lo hizo parte del mondo que estaba recorriendo. Al improviso sintió dos alas blancas y mientras el viento acariciaba sus plumas se dió cuenta del perfume del sal y cerrò su fuerte pico olfateando el aire Luego voló en alto, atraversó el cielo y alcanzó el sol     obiettivo.org