Ese hombre de caballera dispersa no es otra cosa que el exhumador de un mundo antes irredento. Ha aprendido sufriendo, formulas mágicas que los otros desconocen, conjuros para evocar y procrear las danzas interiores.
Razas sordomudas perdidas en sus parajes profundos cobran voz bruscamente y desde el valle perdido bajo la niebla, ese coral suena iluminando regiones desoladas o magnificas, así hasta que toda la Tierra se convierta en eco…