Hoy estamos tristes, más tristes que nunca y nos cuesta tanto decirnos adiós. Nuestras ilusiones se han quedado truncas, no tiene remedio, lo ha querido Dios. No, no llores mi alma, que ya falta poco, déjame mirarte por última vez. Yo también de pena, estoy casi loco mas te juro mi alma que retornaré.
Bésame mi amor fuerte por favor para retenerte en el recuerdo. Yo sé que pronto he de sentir un gran vacío, como si alguien me ha quitado lo que es mío. Bésame mi amor por última vez puesto el corazón en ese beso; para guardarlo aquí en mi pecho tiernamente y evocarlo dulcemente cuando ya no estés.
Ya la primavera llegó floreciente, brilla el sol dorado, canta el ruiseñor, pero en nuestras almas, que hoy están dolientes, sigue el crudo invierno, tan desolador. Dulce amada mía, no llores, no penes... Juntos alegremos nuestro último adiós... Déjame arrullarte, bésame sonriente, así engañaremos nuestro corazón. |