Fábula del perro en el río
"Vadeaba un perro un río
llevando en su hocico un sabroso pedazo de carne.
Vio su propio reflejo en el agua del río
y creyó que aquel reflejo era en realidad otro perro
que llevaba un trozo de carne mayor que el suyo.
Y deseando adueñarse del pedazo ajeno,
soltó el suyo para arrebatar el trozo a su supuesto compadre.
Pero el resultado fue que se quedó sin el propio y sin el ajeno:
éste porque no existía, sólo era un reflejo,
y el otro, el verdadero, porque se lo llevó la corriente".
Nunca estamos contentos con lo que tenemos, poco o mucho, y anhelamos la
casa del otro, el coche del otro, el sueldo del otro. Pero nunca pensamos
que, junto con las maravillas del otro, también nos corresponderían sus
dolores, sobre todo sus sufrimientos ocultos. ¿No es mejor disfrutar de lo
que tenemos, y sonreír ante los buenos y malos momentos?