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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: luisp  (Mensaje original) Enviado: 30/04/2010 20:43
   ENCUENTRO CERCANO EN EL LAGO LLANQUIHUE 

Desde la década de los 40, que los Avistamientos de objetos y seres sobrenaturales en el Lago Llanquihue han conquistado la atención mundial. Debido a las características que tienen estas apariciones, y al mucho interés que despiertan, sobre todo para investigadores y ufólogos, éstos los han clasificado como Encuentros de Segundo Tipo, y cuando se refiere al encuentro con Seres Extraterrestres, éstas son del Tercer Tipo.

 

De las innumerables experiencias que existen sobre el tema, las más auténticas en sus expresiones fueron las vividas por un grupo de lugareños, uno de los cuales, Dolorindo Ascensio, fue visitado por seres extraños los cuales le previnieron sobre el peligro de hablar con otros humanos de sus Encuentros.

Según las versiones, la experiencia con éste grupo de personas se originó cuando se dirigían a sus trabajos en la madrugada del día 26 de Noviembre de 1987. Las sombras de la noche ya dejaban ver la majestuosidad del Volcán Osorno. El color de las aguas del lago comenzaban a entregar sus primeros destellos esmeraldinos.

El grupo marchaba en silencio. De pronto, vieron como a unos 300 mts dentro del lago, una intensa luz que ascendía colocando visos amarillos y naranjas a las aguas. Se detuvieron a ver el extraño brillo, comentando entre ellos otras versiones que habían escuchado de sus coterráneos.

Súbitamente, la luz en las aguas se hizo más brillante y ante la atónita mirada de los 4 hombres, surgió de las aguas un objeto plateado, casi transparente, como una nave, la cual planeó por algunos segundos sobre el agua para luego, a una velocidad increíble, ascender a las alturas y perderse en la oscuridad de la madrugada como un punto luminoso entre las últimas Estrellas.

Consumidos por una gran curiosidad, Dolorindo, desde aquel día, se ocultó a menudo entre la vegetación que circunda al lago, aguardando ver nuevamente algo que le indique qué fue aquello.

Pasaron incontables noches y madrugadas sin resultado, hasta que en una oportunidad vio en una de las tres riveras, a unas personas que, despojándose de toda su ropa, se introducían a las aguas.

Éstas personas entonaban unos extraños cánticos. Los estuvo observando alrededor de una hora. Aparentemente, el grupo de personas, realizaba un rito llamando algo. Cuando pensaba que ya nada sucedería, observó cómo desde las aguas emergían muchas luces brillantes de variados colores, pequeñas y juguetonas, que se mecían en el aire rozando a los bañistas, quienes mostraban una profunda emoción al verlas.

Las luces de brillantes colores que se movían a gran velocidad —casi transparentes como pompas de jabón—, desaparecieron nuevamente después, mientras aquellos volvían a entonar entre murmullos los mismos cánticos.

Sus familiares y conocidos se burlaron de él cuando les relató lo que habían visto. Aunque gran cantidad de lugareños habían tenido la oportunidad de ser testigo de más de alguna experiencia similar en el lago, la creencia generalizada era que se trataba de una variedad de pancoras que se había desarrollado en las aguas de ese lago, y que electrificaban el agua cuando se trasladaban en grandes grupos de un lugar a otro.

No obstante, esta explicación supuestamente «racional», en realidad no tenía asidero alguno, ya que no se ha encontrado en ningún lugar del mundo algún molusco que se halla desarrollado con las características que tantos testigos del sector de Osorno afirman haber visto, y que eran gigantes.

Una noche de 1990, cuando Dolorindo y su hermano Sebastián navegaban por las tranquilas aguas, cerca de las 22:00 Hrs, vieron como de pronto una fuerte luz se acercaba a mucha velocidad al lugar donde ellos estaban, en el momento que aterrorizados pensaron que la luz chocaría contra la frágil embarcación.

Un estruendo de aguas hizo emerger una Nave Voladora que quedó suspendida sobre sus cabezas a unos 5 mts sobre ellos. Inmediatamente y sin darles tiempo de poder remar hacia la orilla, el objeto se acercó lanzando diversas luces de color violeta, las cuales al tocar con los cuerpos de los dos asustados hombres producían un calor como si estuvieran quemando algo. Dolorindo recordaría tiempo después que el bote estuvo a punto de zozobrar.

El extraño objeto volador los siguió durante unos 15 mins y luego desapareció en una nube que se formó sobre las aguas. Una vez repuestos del susto lograron llegar a la ribera donde revisaron sus ropas pensando encontrarlas quemadas, pero fue así: éstas no presentaban ningún tipo de quemaduras. Acto seguido se fueron a sus casas.

Lo que sucedió aquella noche fue comentado en todo el lugar. Dolorindo narró su encuentro en diarios locales, que le dieron una gran cobertura a todo aquello. Pasado apenas unos 15 días de los hechos, Dolorindo estando una noche en compañía de su esposa, de pronto sintió que toda su casa se iluminaba con una brillante luz, lográndose ver todos los objetos como si fuera de día.

La esposa recriminó que todo aquello era por su culpa por estar espiando las luces hace algún tiempo atrás, y aunque lo acompañó afuera para ver de qué se trataba, se negó a seguir el haz de luz.

Dolorindo, con una linterna en la mano —que poco le servía en esas circunstancias—, siguió la luz, la cual se apagaba y se encendía, proviniendo de la orilla del lago. Él comenzó a realizar lo mismo con la linterna, encendiéndola y apagándola repetidamente, hasta que de pronto hubo como una explosión de luces amarillas y violetas y la oscuridad volvió a llenarlo todo.

Al día siguiente, poco después de regresar a sus labores habituales, recibió la visita de tres personas en buzo negro que se movilizaban en un automóvil. Eran dos mujeres y un hombre, los cuales silenciosamente le esperaban fuera de su casa.

Primeramente habló el hombre. Se identificó como de Osorno, perteneciente a un grupo de seguidores de OVNIs, los cuales habían logrado una perfecta comunicación del Segundo Tipo con Seres Extraterrestres y que venían a solicitarle que no hiciera más comentarios de lo que había visto ya que colocaba en peligro las comunicaciones.

Luego una de las mujeres, muy pálida y delgada, le ofreció todo el dinero que él quisiera con tal de comprarle su silencio. Dolorindo recordó que la mujer se veía tan extraña como si no hubiera tenido sangre, «con una palidez increíble». Las mujeres rubias son blancas, pero ésta tenía un rostro tan pálido y sin vida, como si nunca hubiera estado en contacto con el Sol.

Finalmente, habló la segunda mujer, la cual también coincidía con las raras características de la anterior, con la particularidad que tenía acento extraño como si hablara con la garganta y no con la boca. Le dijo que si quería lo sacaría del pueblo con toda su familia, porque el lugar donde él había visto misteriosas luces estaba tan cargado, que podía enfermar de cáncer a la piel en corto tiempo.

Dolorindo, tratando de hacer caso a las palabras de sus tres visitantes, les dijo que toda su gente creía que los fenómenos que él y otras personas habían vivido eran producto de la electrificación de las aguas debido a las pancoras gigantes.

Los tres respondieron:

—Mejor que lo crean así.

Luego le extendieron una tarjeta con una dirección en Osorno y se fueron tan silenciosamente como habían llegado.

A petición de su familia, Dolorindo nunca más ha vuelto a hablar de sus misteriosas experiencias y se hizo el propósito de no hacerlo más, ya que a pesar de la versión de los lugareños sobre las pancoras gigantes, él guarda un gran temor a que las palabras de sus visitantes guarden alguna verdad sobre los avistamientos de luces y Objetos Voladores en el Lago Llanquihue.

Además, los nombres y la dirección que le dejaron... NO EXISTEN.

FUENTE:  «El Triángulo del Pacífico Sur» (Antonio C. Tabíes).

 
 
 


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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: UTOPIA Enviado: 01/05/2010 21:50
 
GRACIAS  CORAZON POR COMPARTIR CON NOSOTROS    ES UN PLACER LEERTE


 
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