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General: LA GAVIOTA
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Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: UTOPIA  (Mensaje original) Enviado: 05/05/2010 22:15
Enviado: 11/06/2009 23:31

 

LA GAVIOTA‏

Erase una gaviota que vivía en una playa

de la región patagónica; grandes acantilados

 limitaban la visual hacia tierras lejanas.

Vivía con sus compañeras de vuelo que todas

 las mañanas al despuntar el alba partían con

rumbo desconocido, internándose en el mar para

buscar alimentos, mientras con placer

sobrevolaban ese infinito azul.
-Hoy no saldré -dijo un día nuestra gaviota

a sus compañeras -deseo quedarme a ver el

amanecer en la playa, tengo curiosidad por ver

qué sucede mientras nosotras volamos.

Sé que vienen los humanos, quiero verlos de cerca.
-¿Qué tiene eso de atractivo?

-preguntó una gaviota curiosa

-Desperdiciar volar en el inmenso azul por ver

unos seres que sólo quieren asustarnos

-sentenció otra gaviota frunciendo

 su pico.
-Si -dijo decididamente nuestra gaviota -quiero

 ver con mis ojos todas las maravillas

 a que el mar incita.
-Es una eutropelia -dijo la gaviota mayor

-nos dejas para quedarte con ellos.
-Quiero observarlos, nada más -dijo tímidamente

 la gaviota. -Mañana volaré con ustedes.

 Sólo será  por hoy.

Las restantes gaviotas emprendieron el vuelo,

como todos los días, apenas el sol apareció

en el horizonte.
Nuestra gaviota quedóse caminando por la

 playa, comiendo pequeños moluscos. Cuando

el sol despegó del horizonte, comenzaron  a llegar

los humanos, con sus sombrillas coloridas, bolsos

  rebosantes de alimentos, hombres arrastrando sus

 redes, niños que bajaban desenfrenadamente

 en busca del mar.
Pasó el resto del día haciendo pequeños vuelos.

Los niños intentaban  acercarse a ella...

Les extrañaba una gaviota solitaria en la playa y

corrían a su encuentro.
El sol se fue poniendo y con las últimas luces,

los bañistas y pescadores fueron abandonando

la playa. A lo lejos pudo observar una blanca línea

 que se aproximaba a la costa. Eran sus compañeras

 que volvían después del largo día.
-¿Cómo te fue? -preguntó la gaviota curiosa.

-¿Qué fue más interesante que volar sobre

el ancho mar? -preguntó la gaviota mayor.
-Vi niños jugar, mujeres disfrutando del sol,

 hombres compartiendo travesuras con sus hijos,

pescadores concentrados en apresar peces, parejas

 de enamorados caminando por la costa, mujeres

mayores disfrutando de sus nietos, jovencitas

dorando sus cuerpos mientras mantenían largas

charlas adolescentes. Conocí a un vendedor

ambulante que me dio unas bolitas blancas

exquisitas, mientras pregonaba en voz muy alta

sus dulces, aquellos que los niños desean.

Vi gente ejercitando sus cuerpos, unos corriendo,

otros caminando, otros en bicicleta.
Las otras gaviotas escuchaban el relato de nuestra

amiga en silencio, hasta que una de ellas preguntó -

¿Qué harás mañana?
-Me quedaré un día más a observarlos, me gustó verlos,

será él ultimo día, después continuaré los vuelos con

 ustedes. Dicho esto, se retiró a dormir a su nido,

mientras las otras murmullaban a sus

espaldas.
Así pasaron los días y nuestra gaviota, siempre decía

 "un día más". Pasaron semanas. Hasta que una

mañana al alba estaba alistada junto con sus

compañeras. Ya había visto lo suficiente de los

humanos, había compartido con los niños sus

 alegrías, había hecho amigos, había disfrutado

su compañía... Quería volver a ver los mares

en toda su plenitud.
Sus compañeras la miraron asombradas, ya casi

no la tenían en cuenta, se sentían traicionadas por

 ella. Como siempre decía la mayor de todas

-era una eutropelia hacia las gaviotas.
Todas abrieron sus alas y remontaron el

hermoso cielo azul.
Todas, menos nuestra amiga, que no podía levantar

vuelo más de dos metros de la arena. Caía y volvía

 a aletear. Sus alas estaban endurecidas.

Vio cómo se alejaban sus compañeras hacia

el infinito, sin siquiera intentar ayudarla.

Pasó el día. Ya no disfrutó con los humanos,

 estaba triste. Ya no podía volar como antes.
Quedóse detrás de una roca, decidida a morir

 de hambre. Se dio cuenta que sin volar su vida no

tenía sentido. Su curiosidad por conocer cosas

nuevas la había traicionado.
Así quedó, agazapada detrás de una roca durante

todo el día. Ya comenzaba a atardecer cuando un

niño la vio. Él había estado jugando con nuestra

 gaviota los últimos días, le había tirado miguitas,

había corrido con ella todo el día, ya no tratando

de atraparla, era un juego sin fin.
El niño se acercó, la gaviota no atinó a escapar.

Se miraron. El niño vio esos ojos tristes y

comprendió todo.
Se quedó pensativo, su amiga era evidente que no

podía volar, tal vez estaba herida o tal vez...

pero hizo como todos los niños, en vez de pensar,

 actuó rápidamente...
Tomó a la gaviota entre sus pequeños brazos y

la llevó hasta la cima del acantilado. La posó

sobre el suelo y le dijo.
-Vuela, bonita gaviota, vuela por mí, tú naciste

con alas... Úsalas!
La gaviota vio el precipicio, no sabía si podría

hacerlo, pero miró la cara del niño, ese niño que

se había convertido en su amigo. Ninguna gaviota

 tiene un amigo. No lo podía defraudar.
Abrió sus alas, sintió alegría, plenitud de

 su condición de ser y voló, voló, y voló...

 

 

 
 

 



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Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: alicia32 Enviado: 06/05/2010 14:24

Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: UTOPIA Enviado: 06/05/2010 21:48


 
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