Me acunas en tu mar -como las olas-
mi piel te da la música del viento;
unimos agua, arena y sentimiento
y somos navegantes caracolas.
De nácar, van brotando mil corolas,
y el amor se transforma en alimento,
para ser y sentir en nuestro aliento
un brillo refulgente de aureolas.
Marinos son los besos -sal profunda-
donde cantan sirenas y corales
armonías compuestas con anhelo.
La corriente nos mima y nos fecunda
escribiendo poemas boreales.
Amor, amor, amor, ¡el mar es cielo!
©2008, autor: Pilar Elisa Carmona