Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

EL RECUERDO DE MI SUEÑO
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
  
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 
 
  Herramientas
 
General: EL CUENTO DE HOY:LA NOCHE QUE QUIZO SER DÍA
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: GRACIELALL  (Mensaje original) Enviado: 22/05/2010 03:14
EL CUENTO DE HOY:LA NOCHE QUE QUIZO SER DÍA

 

 
 

 LA NOCHE QUE QUISO SER DÍA

 

      En el principio de los tiempos de un mundo que es como la tierra, el Rey de la creación hizo el día y la noche.

      El día estaba en un rincón del cielo recogido sobre sí mismo como un hermoso capullo, cubierto por su cabellera rubia y cuando el astro sol se elevaba en lo más alto, vertía sobre él sus rayos dorados desperezándolo, momento  en el que extendía su lindo cabello sobre la tierra llenándola de luz y color. Cumplía alegremente su trabajo sacudiendo las hebras doradas de su pelo que embarullaban el viento y jugaba con las nubes algodonosas, animaba a los pájaros a volar y, feliz veía como todos aprovechaban las horas de luz para realizar su trabajo. Cuando, doce horas más tarde el sol se escondía, el día se replegaba otra vez sobre sí mismo y descansaba en su rincón del universo dejando paso a la noche.

      En aquel entonces y en aquel mundo, la noche era completamente oscura. No había ningún rastro de luz en el negro manto que la cubría por completo. Surgía de los abismos rápida y silenciosa en cuanto desaparecía el sol cubriendo la tierra de tinieblas. Ella no jugaba con las nubes algodonosas, ni con los pájaros, ni podía mover su cabellera para hacer soplar el viento. Sólo veía con tristeza como los habitantes de aquel mundo, se escondían en sus casas  en cuanto ella aparecía quedando bajo su manto soledad y silencio. La noche no era feliz con sus atributos y, poco a poco, su corazón lleno de envidia, decidió robarle al día su luz.

       Era la noche muy amiga de la tormenta y en cierta ocasión en que ambas estaban juntas cubriendo la tierra de aguaceros, truenos y temor, le explicó lo que maquinaba contra el día pidiéndole consejo y ayuda. La tormenta que se sentía feliz cuando creaba situaciones difíciles, trazó un plan para que su amiga la noche consiguiera la luz que solo le correspondía al día. Y así, en un amanecer, cuando el sol comenzaba a surgir por el horizonte, en el momento en el que iba a verter sus hermosos rayos sobre la rubia cabellera del día, de un gran salto, la tormenta se interpuso entre ambos arrebatando con sus impermeables manos un montón de cálidos y luminosos rayos que, rápidamente, repartió sobre la túnica de la noche.

      La noche, inmensamente feliz, vio como lucía sobre la tierra y contenta, observó que los habitantes ya no se recogían en sus casas cuando ella surgía de los abismos sino que continuaban con sus tareas igual que cuando brillaba el día. Los pájaros seguían volando, alegrando el ambiente con sus trinos y todo en la tierra era movimiento y algarabía. Pero, pasaron los días y la gente comenzó a sentirse cansada. Nadie sabía cuando acababa el día y empezaba la noche y nadie cumplía bien con su trabajo. Los pájaros caían extenuados al suelo de tanto volar y pronto la alegría cambió para convertirse en un desorden total que a todos confundía.

       Cuando el sol vio que había tanto desconcierto en la tierra y que al día siempre le faltaba luz, se dirigió a la morada de los sabios del cielo para explicarles lo que sucedía  y éstos, abriendo los libros en los que está todo escrito, muy preocupados comprobaron el robo que la tormenta había realizado. Como el suceso estaba considerado muy grave en las leyes de aquel universo, se reunieron en consejo y decidieron que lo más prudente era exponer la situación al Rey de la creación y todos de acuerdo, subieron a la cola de un cometa que  los llevó, en un segundo, a lo más alto del cielo, allí donde ya no hay nada más y donde el Rey permanecía creando mundos maravillosos.

      Al saber aquel monarca inmensamente sabio y bondadoso que la noche no cumplía con su deber,  su corazón se llenó de tristeza y él en persona fue a conocer las razones del comportamiento de la noche. Avergonzada por su maldad, la noche se escondió en lo más profundo de sus abismos y el Rey creador cuando la encontró doblada en aquel tenebroso lugar sintió una profunda lástima, tanta que, en un arrebato de amor la tomó entre sus brazos para elevarla hasta el cielo y colocarla de espaldas al día. Una vez allí trasladada, conversó con ella dulcemente haciéndole comprender la naturaleza de su oscuridad. La noche escuchó a su Rey compungida y aceptó devolver los rayos de sol que había robado pero al ver la bondad en los ojos de su creador, se atrevió a reprocharle la falta de belleza con que la había distinguido. El Rey, compadecido, lloró sobre aquella negrura absoluta y antes de separarse de su lado, desprendió el corazón de su pecho y se lo entregó a la noche como prueba de su amor.

      El orden volvió al universo y el amor inundaba, otra vez, toda la creación y cuando llegó la hora de que la noche tuviera que desplegar sus sombras sobre la tierra, todos vieron admirados que ya no era tenebrosa; las lágrimas vertidas por el creador se habían convertido en estrellas que cubrían de puntos luminosos el negro manto y en el centro, en el lugar donde el Rey había prendido su corazón, una redonda luna, iluminaba la tierra con  blanco resplandor. A partir de entonces los habitantes de aquel  mundo maravilloso, antes de retirarse a descansar miraban hacia el cielo y en un  susurro decían extasiados ¡qué hermosa noche!

 

 MARTA-VALERIA

 reinadepicas

http://www.verweb.com

 

 



Primer  Anterior  2 a 3 de 3  Siguiente   Último  
Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: ANUSKILLA Enviado: 22/05/2010 19:06


Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: UTOPIA Enviado: 22/05/2010 22:14


 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados