El entusiasmo es el pan diario de la juventud. El escepticismo, el vino diario de la vejez.
Es preciso elevarse con las alas del entusiasmo. Si se razona, no se volará jamás.
No dejes apagar el entusiasmo, virtud tan valiosa como necesaria; trabaja, aspira, tiende siempre hacia la altura.
Rubén Darío (1867-1916) Poeta y periodista nicaragüense.
Actuamos como si el lujo y la comodidad fueran lo más importante en la vida, cuando lo único que necesitamos para ser realmente felices es algo por lo cual entusiasmarnos.
Los años arrugan la piel, pero renunciar al entusiasmo arruga el alma.
La capacidad de entusiasmo es signo de salud espiritual.
Nadie puede en su vida escapar a una deplorable crisis de entusiasmo.
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