El Buda que somos-
Buda alcanzó la iluminación al comprender
las causas del sufrimiento,
de este modo se liberó de la
ignorancia y de las ataduras del deseo.
En el sentido más profundo, comprendió
que no había nada que alcanzar.
La comprensión le trajo el despertar,
lo sacó de la ignorancia y le llevó
más allá del apego a la existencia
y el consecuente deseo de devenir.
Partió firme hacia el conocimiento,
liberándose de todo el enjambre
-logrando la cesación completa-
del deseo y de sus causas.
Esto lo realizó meditando,
yendo hacia dentro. Es decir,
no evadiéndose de sí mismo,
sino viendo a través suyo lo que el ser es
Nos trasmitió que esto se podía lograr
(que había un camino medio,
equilibrado, para experimentar el claro despertar),
que todos podemos acceder a esa dicha
del autoconocimiento, a esa liberación
que consiste en saber vivir sin ser presa
de las emociones, pasiones, deseos y motivos egoístas.
Fue su propia luz desde entonces,
el devenir dejó de ser causa de aflicción involuntaria
y se trasladó al gran dominio de la
comprensión de la verdad en todo momento,
en todo movimiento, en toda acción
y palabra, consciente, compasiva
y profundamente atenta.
Esta es parte de la valiosa sabiduría
que Buda nos trasmitió,
que él supo al encontrarla en su interior,
fue la verdad que llevaba consigo
el buda que también todos tenemos
dentro como fermento, semilla, parte evolutiva,
de la conciencia que somos.