Otros gnomos, aunque estos deformes, son conocidos con los nombres mapuches de Ivunche y Quetronamún.
El Ivunche, también llamado Imbuche, Ivun Koñi, es un ser del ámbito araucano-mapuche-huiliche descrito como un duende que tiene la cabeza vuelta hacia atrás y se desplaza sobre una sola pierna, pues la otra le nace de la nuca y no le sirve para la locomoción. La creencia popular los hace niños varones robados por los brujos a los seis meses o un año de edad quienes proceden a obstruirles los orificios naturales del cuerpo y los ponen a su servicio. Repugnan a las mujeres encintas por su aspecto. (22)
Alvarez afirma que en sus estudios cerca del lago Lolog recogió noticias de huellas de un solo pie que aparecían en las sendas del bosque y que eran atribuidas al Ivunche. (23)
Es importante aclarar que estos seres Imbuches no son naturalmente deformes sino que se han utilizado procedimientos para transformar su aspecto externo e interno. Los brujos tratan de cambiar su fisonomía e inclusive su metabolismo, alimentándolos con nutrientes especiales. La finalidad es que tales criaturas desarrollen capacidades psíquicas que luego los brujos capturan de esas reservas “humanas” para realizar sus trabajos psicotrónicos.
Existen varios trabajos que se relacionan con estas prácticas realizadas fundamentalmente en la isla de Chiloé y en menor medida en el Sudoeste de Mendoza. (24)
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El extraño Imbunche, una de las más singulares creaciones de la imaginación indígena patagónica
(Ilustración de Ure, en Nuevo diccionario Mapuche-Español, de Editorial Siringa, Neuquén, Argentina).
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Rodolfo Casamiquela |
El Quetronamún por su parte, tiene un solo pie o un pie de pato o trunco. Toma la forma de un enano antropomorfo que camina dando saltitos, rara vez se deja ver y su aparición es motivo de desgracias, paradójicamente se dice que hallar la huella de su pie en los alrededores de la casa es indicio de que llegarán buenas noticias. Casamiquela lo identifica con el Ivunche. (25)
Por mi parte establezco una relación con las misteriosas huellas del "Pe de Garrafa" brasileño y otras curiosas huellas en forma de cascos (El suceso más espectacular y mejor documentado es el de Devonshire en 1855) que parecen producidas por un molde salvo que sean originadas por una criatura con un solo pie. (26)
El área araucana posee otras referencias que es necesario estudiar, una de ellas la leyenda de los Pigmeos del Cerro Tronador.
Esta historia es conocida a través de la versión recogida por Berta Koessler que resumiré dado lo detallista del relato original del cacique Abel Kuruhuinka quien contó la historia.
Aparentemente sucedió en una época remota cuando los araucanos dominaban toda la región del Amun-Kar o Cerro Tronador. Eran formidables guerreros guiados por Linko Nahuel (Tigre Saltarín) su jefe. Un día los centinelas apostados en la montaña sagrada bajaron sin aliento informando que "miles y miles de hombrecitos montañeses, no más grandes que un Anchimalen, seres nunca vistos y extraños se acercaban en formación ordenada cual hormigas muy bien armados". Al parecer querían ocupar la tierra de los espíritus, la montaña santa. El cacique Nahuel sintió una violenta ira contra los miserables enanos y decidió enviar emisarios para amedrentarlos. Los enviados volvieron asegurando que los enanos eran montañeses que no querían retirarse de su país y que no le temían al Dios o supremo hechicero dueño del fuego y el trueno del que se habían burlado. Se llaman Lulu, escarabajos saltarines y son numerosos como los granos de arena. La batalla fue dura y desastrosa para las fuerza de Nahuel, los enanos ágilmente se desplazaban entre las peñas y subían y bajaban la montaña con gran soltura. El rey de los Lulu dictó la terrible sentencia de que los guerreros y nahuel debían ser arrojados al vacío desde la cumbre del Tronador al mar de fuego de sus entrañas donde llamaradas y rayos verdes los aniquilarían convirtiéndolos en humeantes cenizas. Pero la ira del Dios supremo se desencadenó por la terrible violación de su morada por lo que su poder arrastró no solo a los Araucanos sino también a toda la nación de los llamados "Hombres hormiga". (27)
Este suceso aparentemente mitológico determina, no obstante, varias claves importantes. Por un lado la presencia de un pueblo o raza enana y no simplemente especímenes aislados, su odio a los seres humanos y por último su relación con el mundo subterráneo, las cuevas o montañas huecas como los volcanes (El Tronador es un volcán actualmente inactivo).
Una referencia que confirma esta historia proviene de los Tehuelches meridionales quienes creían que el mundo anteriormente estaba poblado por gente chiquita. A esta raza la denominaban Táchul vocablo que en el idioma Aónico Aish se utiliza para designar a cualquier petiso. La misma fuente conserva la tradicional creencia de la cueva, cerro o corral de donde salieron la gente y los animales actuales. Esto se produjo luego de algún gran cataclismo al que hacen mención diciendo que "la tierra se dio vuelta y tapó a la gente chiquita o Táchul." (28)
Antes de abandonar el sector Sur citaré la historia referida a Alvarez por el padre de Magdalena Tranavil. El informador aseguró que en la laguna de Caviahué vio en una ocasión a hombres negros bañándose. Salieron un momento a la arena de la orilla sobre la que se echaron un rato a descansar. Volvieron a la laguna y después no se los vio más. Mucha gente también los pudo apreciar. (29)
Aquí es posible confirmar una de las claves de este complejo asunto de los enanos: El agua, fundamentalmente la de tipo fluvial o lacustre (No poseo datos sobre la marina) como hábitat o mejor como medio de comunicación entre su mundo subterráneo y la superficie terrestre.
Se puede decir que el área sur de Argentina es muy rica en referencias folklóricas y en la variedad de personajes. Pero, ¿qué extraño mecanismo psicológico, social o paranormal se desencadenó en Mayo de 2002 para que estos seres literalmente invadieran La Pampa?
Veamos algunos de los casos más importantes:
El viernes 24 de Mayo un joven que hacía auto stop en la Ruta Nacional 35 en cercanías de Padre Buodo fue sorprendido por una aparición descrita como “enano orejudo” provocándole un ataque de pánico al punto de que tuvo que ser asistido por una descompensación en un puesto sanitario. (30)
El domingo por la noche el señor José Luis Cowan viajaba a un campo cercano a Ataliva Roca cuando al pasar por Padre Buodo se encontró con una luz a su izquierda. Luego de un cierto tramo de marcha, detuvo el vehículo para observar que la luz estaba muy baja produciendo movimientos alternativos hacia arriba y hacia abajo, hasta llegar a una altura muy cercana al suelo.
En ese momento comenzó a emitir destellos de luces rojas y verdes hacia su derecha. Además del citado vecino y sus tres acompañantes en el auto, fueron testigos de la aparición su hija, el encargado del campo y la esposa de éste quienes salieron al ver que se acercaba el dueño en el auto. (31)
El domingo siguiente a las 17 horas el extraño ser volvió a aparecer en General Acha, precisamente en el Barrio El Oeste. La testigo Concepción Balbuena atemorizada aún, realizó una completa descripción de la criatura a la que describió como de muy baja estatura de color plomizo que posteriormente cambiaba de color adquiriendo los tonos del arco iris. Agregó que hizo la denuncia a la Policía y culminó afirmando que el ser se alejó con rápidos movimientos sin atacarla y sin dejar rastros.
No pudo determinar si se hallaba vestido aunque expresó que irradiaba un fuerte resplandor plomizo que brillaba mucho. El enano apareció en dos oportunidades y en la segunda fue cuando su color era similar al del arco iris. Según la testigo la criatura parecía intentar comunicarse a través de un lenguaje onomatopéyico.
La mujer dijo que le causó mucha impresión las grandes orejas y escasas, la escasa altura y la rapidez con que desapareció. (32)
Concepción Balbuena
En apariencia, otra vecina que pidió no ser identificada habría relatado que al día siguiente el curioso personaje volvió a aparecer a la mañana y a la tarde.
Otro testigo coincidió en que se desplazaba con enorme velocidad por lo que se hacía muy difícil seguirlo con la mirada. (33)
El sábado 8 de Junio un obrero de la empresa que construye el acueducto del Río Colorado radicó una denuncia en la comisaría de Ataliva Roca afirmando que alrededor de las 19 horas mientras cuidaba de las maquinarias ubicadas en la cantera en cercanías de las rutas 18 y 35 vio a un extraño ser.
El jefe de la dependencia policial Luis Oscar Pasaron, informó que el trabajador dijo que mientras estaba sentado en una de las máquinas, observó un extraño ser de color verde y de pequeña estatura. Ante semejante situación y presa del susto, le hombre emprendió la retirada del lugar a bordo de la propia máquina que custodiaba a toda velocidad, incluso arrasando con una tranquera en el camino.
Al parecer, las autoridades de la empresa le dieron un día libre para que descansara porque no estaba en condiciones de trabajar. (34)
El testigo, Horacio Sueldo de 27 años, en declaraciones al diario La Reforma sostuvo que estaba en una pala mecánica cuando de pronto a unos 50 metros de distancia de dónde se hallaba divisó una extraña luz de color verde que se le acercaba. Por ello decidió encender las luces de la máquina pero al hacerlo aquella desapareció.
Era verde fosforescente, de unos 50 centímetros de alto y cuando se le acercó alcanzó a ver que se trataba de un ser con piernas muy delgadas, a tal punto que no alcanzaban a medir más de 15 centímetros estando juntas.
La cabeza aparentaba ser del doble de ancho de las piernas. La extraña forma desapareció para reaparecer luego en otra dirección pero mucho más cercano a él. Esto fue el detonante para que poniendo el vehículo en marcha huyera al tope de velocidad. (35)
La ciudad parecía ser del agrado del misterioso hombrecillo al punto que al día siguiente, domingo 9 de Junio se presentó en plena zona urbana.
Marta Superí, afirmó que el domingo a las 21:30 horas salió a buscar leña cuando se le apareció de repente la extraña criatura a la altura de la soga donde cuelga la ropa.
Era de color plateado, tenía tres dedos en sus manitos, uñas larga, orejas largas, ojos grandes color rojo.
La cara era de color plateado y cuando se desplazaba para desaparecer aparentaba cambiar de color.
La testigo afirma que le causó mucho miedo el verlo aparecer súbitamente y que como consecuencia de ello gritó y se asustó. El ser parecía querer comunicarse aunque no alcanzó a hacerlo.
Se le preguntó a que se deberían esas apariciones y la mujer sostuvo que se trataba de la consecuencia de unos rituales practicado por un cacique llamado Yancay. (36)
Marta Superí
El jueves 13 el duende parece que se desplazó a la localidad de Castex, también en la provincia de La Pampa.
Un anciano de 70 años afirmó que en horas de la madrugada cuando se disponía a sacar su auto del galpón donde lo guardaba se agachó para revisar una cubierta y fue sorprendido por la aparición de “un bicho de color verde chillón, clarito”.
Sostuvo en declaraciones periodísticas que la criatura poseía orejas grandes y redondeadas, cabeza chica y dos puntos rojos a manera de ojos. El cuerpo terminaba en forma de punta hacia su parte inferior, como un triángulo.
En esta apreciación coincide aproximadamente con la descripción brindada por Horacio Sueldo.
El testigo concluye afirmando que cuando quiso hablar no pudo hacerlo y comenzó a sentir calor en el cuerpo. Inmediatamente el ser desapareció de su vista. (37)
Una semana más tarde cuatro alumnas de primer año de la Escuela Nº 44 declararon que en un recreo cuando se acercaron a unas viviendas lindantes con las aulas pudieron ver un enanito de color verde que parecía extender las manos. Asustadas retrocedieron rápidamente mientras que el ser desaparecía de su vista. (38)
El sábado 22 de Junio tuvo lugar el último episodio de esta serie de apariciones en la localidad de Rancul en el establecimiento Los Álamos.
Allí el día mencionado a las 20:30 se hallaban Néstor Pinto, 17 años y Daniel Gatica, 19 años quienes se desempeñaban en tareas rurales allí desde hacía 45 días. Según contó Gatica a los periodistas de La Reforma, parece ser que ambos jóvenes estaban tratando de colocar el tapón a una botella de bebida cuando vieron un bulto, suponen que un enanito, pues no medía más de un metro. Tenía orejas grandes y puntiagudas, las manitos le llegaban a aproximadamente la cintura. Néstor huyó en tanto que Daniel le arrojaba un palo a la criatura. En el impulso por escapar parece ser que Daniel Gatica cayó sobre su compañero y al asirse le rompió su pulóver.
Era tal el terror que experimentaron que al llegar a la casa afirman que revolearon todas las sillas y cosas que se le ponían en su camino, culminando por esconderse en el baño por espacio de 45 minutos.
Prueba de la alocada carrera los periodistas pudieron comprobar magulladuras y raspones en ambos jóvenes.
Luego, tomando coraje, fueron en busca de un caballo para ir hacia el pueblo pero en primera instancia para ser que el animal se negaba a andar.
De allí a todo galope partieron hacia Parera dónde radicaron la denuncia en la Policía y dieron aviso al dueño del campo.
Uno de los hijos del dueño se acercó en un auto al sitio del insólito encuentro comprobando que alguna extraña influencia afectó a todo el instrumental del vehículo exceptuando las luces. Al regresar todo volvió a funcionar con normalidad. La policía realizó un intenso patrullaje pero nada pudo hallar. (39)
Néstor Pinto y Daniel Gatica
En la Villa de Matará, en Santiago del Estero se conoce un duende pequeño, negro y crespo. (40)
Duende de Santiago del Estero: El duende tal como se lo conoce en esta provincia es un ser de aspecto o forma humana, enano o bien como un niño de pocos años de edad, con diversos y virtuosos trajes de colores llamativos, especialmente el verde y el rojo, engalanando su cabeza con un enorme sombrero de paja adornado con cintas de muy bonitos colores. Los duendes abundan en el desierto saladino y los hay de ambos sexos acostumbrando perseguir a los seres humanos. Un caso que se recuerda con frecuencia sucedió allá por el año 1914. Un viejo y conocido vecino Don Jesús María Jaimes tenía bajo crianza a un jovencito de extraordinaria belleza llamado Juan a quien se cuenta que muchísimas veces persiguió tenazmente una mujer de estatura baja que visiblemente llamaba la atención por su caprichoso traje completamente verde.
Otro caso tuvo lugar en la estancia Dolores, departamento de Moreno aunque la perseguida era una doncella llamada Marta. (41)
El área guaraní posee varias referencias acerca de curiosos duendes o enanos. Uno de ellos es el Yasi Yateré descrito como un hermoso enanito rubio y barbudo que recorre el campo desnudo con un sombrero de paja en la cabeza y en la mano un bastón de oro que jamás abandona por ser el arma que le permite hacerse invisible y disponer de otros poderes sobrenaturales. Se dice que en la parte superior de este bastón se halla el silbato que produce el estremecedor llamado que advierte su presencia y deja sin dormir a las mujeres cuando lo escuchan de noche. (42)
Otras descripciones sostienen que lleva los pies hacia atrás como El Salvaje de Venezuela y Guyana, que es viejo, rengo y feo y que en vez de bastón lleva en la mano una caña, vara o lazo e incluso que tiene cuatro talones, llamándose entonces Pytá-Yobay. (43)
Habita en la selva, su guarida está en los troncos, rapta niños y otras veces los ahoga en un arroyo. También suele secuestrar muchachas y procrear con ellas criaturas que retendrán sus poderes.
Narciso Colman determina que etimológicamente Yasi Tere, Yasi Yateré o Yasiatere significa fragmento de la Luna (44), sin embargo, no coincide con Ricardo Mello Vargas quien traduce: Los realmente nacidos en un cuerpo sideral (La luna) y además agrega datos complementarios como que la varilla es resplandeciente y que parece tener un cierto poder hipnótico o paralizante que ayudaría al Yasi Yatere a capturar niños y doncellas. (45)
Otra criatura del ámbito mesopotámico es el Curupí, tradicionalmente definido como una deidad masculina, muy conocido en Corrientes y Misiones. Por sus características dionisíacas Juan Bautista Ambrosetti lo relaciona con el Yasi Yateré. Es un personaje fortachón y de baja estatura de cara overa cortada por grandes bigotes que se desplaza por el monte casi siempre a la hora de la siesta. (46)
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Dibujo Ricardo Deambrosi (coloreado por Yael Rosenfeld)
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Juan Bautista Ambrosetti |
Otra versión afirma que camina en cuatro patas arrastrando un exagerado miembro viril con el que enlaza a sus víctimas, datos que coinciden con los brindados por Narciso Colman. La persona enlazada puede salvarse cortándoselo con un cuchillo pues así dejará al Curupí inofensivo. Persigue preferentemente a las mujeres sorprendiéndolas cuando van por leña. Con solo verlo estas se vuelven locas. (47)
Belmiro Ayala Gauna lo describe como un enano cobrizo, robusto, capaz de estrangular con sus poderosas manos pero con un cuerpo torpe de una sola pieza, es decir carente de coyunturas y los pies dirigidos hacia atrás. Es fácil burlarlo trepándose a un árbol pues no puede subir. Tampoco puede nadar o lo hace con mucha dificultad. Es antropófago, prefiriendo la carne de los niños y las mujeres. (48)
Según el Padre Anchietta miembro de la Compañía de Jesús e historiador, el Kurupí es un demonio menor de los guaraníes, un ser pequeño, de apariencia semihumana de piel muy escamosa, de orejas en punta y que tiene los pies para atrás y los talones hacia adelante o sea que cuando camina parece que retrocede si uno observa sus pisadas. Su miembro viril está desarrollado en forma desproporcionada y lo lleva arrollado a su cintura. (49)
De acuerdo con la región, pues se lo conoce en un área que ocupa parte de Brasil, Paraguay, Bolivia, Perú y las provincias de la Mesopotamia argentina, adquiere diferentes aspectos pero por lo general las características son las dadas con circunstanciales referencias a cara y cabeza peludas, boca inmensa poblada de dientes nariz disforme y ojos hipnóticos e incluso "olor a chivo" como relató Anastasio Areco a Elsa Pasteknik a quien por ser "señorita del pueblo" no se atrevió a mostrarle las huellas de pies invertidos que a menudo se encuentran en el bosque. (50)
Probablemente enanos como estos eran los que habitaban en las islas dispersas en la Laguna de Santa Ana (Iberá) en Corrientes.
De Angelis, en nota a La Argentina, afirma que Santa Ana es uno de los tantos nombres dados a una gran laguna al Este de la ciudad de Corrientes. Los indios la llamaban Apupen, después fue sustituida por Santa Ana y finalmente por Iberá o más correctamente Oberá, es decir "relumbrante" tal vez por el fuerte reflejo de sus aguas. Por mucho tiempo se ha creído y se hizo creer que en las islas existía una raza de pigmeos. Sucesivamente se empezó a dudar de los habitantes y hasta de las islas si las hay no pueden servir de abrigo a las bestias feroces. (51)
Daniel Granada aunque no habla de pigmeos afirma que existen muchas referencias a indios y cristianos habitando en el interior del inmenso estero. Incluso se dan numerosos casos de lugareños que por las noches serenas oyen músicas, gritos o ruidos de animales y también ven una suerte de torres de iglesias como espejismos aéreos. (52)
Tomando en consideración estos elementos y en nombre de Oberá se podría suponer que en esa región existe alguna actividad poco común y desconocida. Tenemos a no dudarlo todos los elementos que al final del capítulo reseñaré, que evidencian la presencia de estos seres llamados pigmeos o enanos por el común de la gente cuyo origen e intenciones permanece aún desconocido.
En una excelente recopilación de historias contadas por adolescentes cordobeses se hace referencia a un duende de la provincia del Chaco llamado Pitayovai. La joven que relató el caso afirmó:
“Se trataba de un duendecillo que decían que vivía en los bosques del Chaco y que se lo nombraba para que los niños durmieran la siesta. Se decía que este personaje sólo comía los corazones de los niños. Un día, en pleno corazón del bosque, un campesino fue a cazar y se encontró con el duende; era una personita con los talones en lugar de los dedos y viceversa; tenía los dientes verdes y el pelo amarillo; medía sólo un metro. Según decía el hombre, le pidió el corazón para comérselo, pero él no se alteró, sino le dijo que se diera vuelta y él mismo se lo arrancaría. Pero esto no fue así, puesto que el hombre le sacó el corazón al mono que había cazado. Luego el duende al devorarlo cayó de un solo impacto muerto porque él no podía comer más que corazones humanos. Esta historia me la contó mi papá. (Stella Marias Ayala, 16 años)” (53)
El hecho de que seres humanos o cuando menos humanoides habiten en las entrañas de la tierra puede resultar extraño pero más aún lo es el repetido hecho de que puedan emerger de lagos, lagunas y ríos. La coincidencia en el origen subacuático o subterráneo puede entenderse si se utilizan las fuentes de agua como escondrijo seguro para las "puertas" de acceso al mundo subterráneo.
Existe una creencia muy arraigada referida a unas criaturas muy similares a los duendes negros de Caviahué (Ver antes) que tienen una altura algo mayor pero que presentan un idéntico comportamiento. Ya me he referido a las diferentes versiones de los Calimayos: La de la forma sirénida y la caballar. Sin embargo, existe una tercera variante que presentada en grafía quechua Ccala-Mayu significa habitante pelado del río. Se trata del espíritu del que murió ahogado y se mantuvo por ende en el agua o a las orillas de los ríos y las lagunas. El escritor boliviano José Cuellar lo describe como un individuo que en su estado normal está tiritando de frío y sacudiendo diente con diente. Es alto y delgado de piel cebruna y brillante como barnizada. Su semblante excesivamente pálido se caracteriza por el rostro largo y los ojos dormidos. Es inofensivo y no hace mal a nadie. (54)
Otra fuente de información nos describe a los llamados Negros del Agua como enteramente negros y calvos y al parecer de menor tamaño que el Y-Porá (Algo menores que un hombre).Sus manos y pies tienen membranas interdigitales como las aves palmípedas. Suelen andar en grupos, se aparecen al atardecer o en las noches de luna a los navegantes y a veces les dan vuelta la canoa ahogándolos. Se los ve con frecuencia emerger de una laguna pero al percatarse de que son observados se ocultan de inmediato. Su hábitat corresponde al Noreste de Argentina, Paraguay y Sur de Brasil. (55)
Granada los describe de la siguiente manera:"Déjanse ver en las orillas de los lagos o bien zambulléndose y deslizándose por la tersa superficie de sus quietas aguas cristalinas, que a veces hierven agitadas como por mano invisible (Ver las referencias al Carbunclo) traviesos negrillos que tan luego como son descubiertos se sustraen diligentemente a las miradas del hombre. Estos seres fantásticos de color azabache son conocidos como Negros del Agua. Incluso cita un texto de Antonio de Herrera referido a una laguna de Santo Domingo de las Antillas que era legendaria por sus alborotados movimientos, estruendos y voces:"La laguna mejicana se alteró sin viento y hervía y espumaba en tanta manera que levantaba el agua y bañó más de la mitad de las casas de la ciudad y otras se anegaron. Muchas veces se aparecían dos hombres unidos en un cuerpo y otras veces se veían cuerpos con dos cabezas que eran llevados a los palacios negros de emperador Moctezuma." (56)
Estos seres que hoy en día nos recuerdan a los hombres-rana aparecían desde tiempos primitivos a nuestros indígenas y campesinos creándoles una incomprensible confusión. ¿Quienes podían ser esos seres sin pelo en la cabeza, con miembros como las palmípedas que vivían bajo el agua y solo esporádicamente salían a la superficie para mostrarse por breves instantes?
Probablemente pertenecen a una raza diferente que puebla las entrañas de nuestro planeta. A veces por causas determinadas o simplemente por placer se dejan ver emergiendo cautelosamente en el medio de una laguna o río y en seguida vuelven a su hábitat.
Era la noche del martes 24 de Setiembre de 2002 cuando Luciana E., de trece años, y su prima Mónica A., de quince, se presentaron en la comisaría de de Colonia Liebig, provincia de Corrientes (Lat. S27° 55 Long. O55° 49) en compañía de sus familiares para contar sobre el extraño episodio que vivieron ese día. Ambas contaron que estaban muy cerca del colegio provincial Antonio Biale cuando algo, que aún no saben bien cómo explicar, hizo que perdieran la noción de tiempo y espacio. Ellas relataron que en el momento en que despertaron del confuso estado, estaban sobre las vías del tren, con la formación ferroviaria acercándose. Las dos lograron escapar, pero una de ella vio algo que tornó aún más enigmática la experiencia: un duende que a pocos pasos observaba la escena.
La historia comenzó a eso de las 7.20. De acuerdo con su presentación ante la Policía, las chicas iban hacia la escuela cuando sintieron un olor fuerte. Fue lo último que recuerdan de la mañana.
Las dos dijeron que, no saben cómo, aparecieron lejos de la localidad donde está el establecimiento escolar, en inmediaciones del denominado puente negro del ferrocarril, en el kilómetro 17 de las vías férreas.
Mónica evocó que ella se despertó primero con los rayos del sol de la siesta impactándole en el cuerpo y tirada al costado de los durmientes, con un intenso dolor de cabeza.
En ese mismo momento la chica dijo haber sentido el ruido de un tren que se aproximaba y vio a su prima desvanecida sobre los rieles, por lo que se apuró a reanimarla.
Ella le contó a los policías que mientras rescataba a su pariente, una extraña figura llamó su atención bajo la sombra de un árbol que estaba cerca de ambas: era un pequeño hombrecito con una capa roja que iba desde el cuello hasta el suelo y que tenía un gran sombrero amarillo. La chica contó que pudo definir el rostro del duende porque tanto la cara como el cuello eran de un color notoriamente negro.
Según Mónica, el extraño personaje las observó un momento, después viró y les dio la espalda a ambas adolescentes.
La chica indicó que tras varios minutos y cuando el tren ya estaba cerca, logró despertar a su prima.
De acuerdo con lo que estimaron las jóvenes, era más o menos la media tarde cuando comenzaron a caminar varios kilómetros hasta llegar a la estación de Apóstoles y luego a sus casas.
Recordaron que tomaron agua, pero ambas no podían pronunciar una sola palabra. Durante las horas que las jovencitas estuvieron desaparecidas, la preocupación de su familia crecía, porque no sabían qué había pasado con ellas.
Luciana y Mónica fueron hasta el destacamento policial de su barrio y desde allí a la comisaría de Apóstoles, donde el médico policial constató en la noche del martes que ninguna de las dos había sufrido lesiones ni violencia de ningún tipo. Sólo manifestaban un fuerte dolor en las piernas y los pies con cierta hinchazón, lo que se atribuyó a la larga caminata.
Plaza de Colonia Liebig , Corrientes
La más grande fue la que se animó a contar lo que se acordaba y relató que las dos venían camino a la escuela hablando del pombero, descreyendo de la leyenda de la que se hablaba con frecuencia en sus casas.
Ahí fue cuando a una cuadra del colegio, en la zona urbana de Colonia Liebig, pasaron cerca de un vehículo (al parecer una camioneta) cuando ambas sintieron el fuerte olor. Es lo último que recuerdan, porque después perdieron la noción hasta que la mayor despertó muchas horas después al lado de las vías.
Los testimonios de ambas coinciden hasta el momento de la desaparición. Las dos estaban en estado de shock y presentaban los pies hinchados y los calzados con signos de una larga caminata.
Estaban tan asustadas cuando volvieron a sus casas que ninguna podía pronunciar una palabra. Nadie las atacó en el camino. No tomaron ni ingirieron nada mientras se dirigían temprano hacia la escuela, únicamente iban hablando con descreimiento del pombero... hasta que se despertaron y vieron al duende que las observaba y era de lo más parecido al de la leyenda de la que se habían mofado. (57) (58)
Y los seres extraños se despidieron de Argentina, al menos hasta el día de hoy. El pasado año 2002 fue el más prolífico en cuanto a apariciones de pequeñas entidades humanoides.
La base de datos del Proyecto Catent (Catálogo de Entidades) (59) registra hasta la fecha unos 500 casos solamente en Argentina, pero jamás se habían reportado tantos casos en un período tan corto.
Muchos de estos casos están aún en etapa de estudio y restan varias encuestas en el terreno de los acontecimientos, sin embargo es claro que las extrañas presencias responden a un trasfondo cultural que presenta antecedentes abundantes en las antiguas culturas que habitaron este país.
Quizás las etapas traumáticas que atraviesa esta sociedad han sido un desencadenante para la aparición física o parafísica de estas criaturas.
REFERENCIAS
1. El Petiso, atacó a un joven cazador, El Tribuno (Salta) 21 February 2002, pg.23
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