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La cometa
Cuando era niño, siempre quiso tener una cometa y echarla a volar.
Imaginaba que tenía una preciosa cometa de colores, y que el viento que soplaba en la sierra la levantaría desde el suelo, haciéndola volar muy alto.
Soñaba en sus noches de infancia, que jugaría con los demás niños, que harían carreras por el cielo, y que éste se llenaría de miles de colores, como si se tratara de una paleta de pintor.
Cuando fue niño, no tuvo ninguna cometa. Sus padres no tenían dinero para comprarle ese juguete, y tampoco tenían tiempo para ayudarle a construir su propia cometa.
Y él lo intentó, cogió papel brillante de color verde de la escuela, pegamento y tijeras; recogió palos del bosque, y trató de hacerse su propia cometa. Sabía que no sería tan hermosa como las cometas de los demás niños, ni sería tan grande como las otras, ni siquiera tendría muchos colores; pero era su sueño, echar a volar su propia cometa.
Hizo una pequeña cometa, le ató un cordel, y se fue a campo descubierto, a esperar que el viento la aceptara entre sus brazos. La cometa se levantó del suelo unos pocos metros, tratando de conseguir la sonrisa del niño, pero no tenían la fuerza suficiente, ni el viento ni la cometa, y ésta terminó por el suelo.
El niño lo volvió a intentar; esa tarde, al día siguiente, durante toda la semana, y todo el mes. Pero la cometa no conseguía volar mucho tiempo.
Y él se olvidó de ese sueño. Y mientras tanto creció, y sus sueños se fueron difuminando con la realidad.
Cierto día, cambiado su destino, y convertido en hombre con responsabilidades, se acordó de ese sueño de infancia.
Y al pasar por una juguetería, entró y compró una cometa. Una cometa de cálidos colores anaranjados, con un cordel lleno de lazos, y una cuerda para poder mantenerla en el aire.
Se acercó a la sierra, allí donde no había árboles, y ayudado por el viento, consiguió echar a volar su cometa, y sus sueños de infancia.
La cometa estuvo flotando por el aire durante toda esa tarde, el hombre volvió a ser niño, y su pequeño sueño de infancia se cumplió.
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Hay veces que hay que esperar a cumplir un sueño. Pero se cumplen
FUENTE Y AUTORIA:
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