Óyeme así, como al descuido. No te des mucha cuenta. Quiero contarte que te quiero, sin decírtelo nunca. Quiero besarte suavemente, como te besa el agua de la lluvia. Así, muy quedamente, sin que escuches siquiera su gemido. Quiero que me ames a pesar de ti mismo. Que me ames lentamente y enciendas todo el fuego que arde en mí para ti, definitivo.