YO NO JUGUÉ DE NIÑO
Por Héctor José Corredor Cuervo
Yo no jugué de niño
por culpa de la guerra
que cubría cual manto
de la pampa a la sierra
y navegue en el llanto
que inundaba la Tierra.
Yo no tuve juguetes
ni cuentos infantiles
ni disfruté los parques
en tiempos juveniles.
La parca fue mi arrullo
con su canto estridente
al sentir el murmullo
de turba delincuente
que dirigía un grupo
contrario al presidente.
En lucha sin sentido
palpé la sangre hirviente
que corría en el campo
de la gente inocente
por la acción despiadada
del matón inconsciente.
Vi morir al amigo,
Y al peón ignorante
por culpa del partido
con falaz dirigente
que recibía apoyo
del bandido insolente.
Sentí dolor interno
por mucho desplazado
que abandonó de prisa,
la familia y sembrado
ante la complacencia
de mucho acomodado
que compraba la estancia
a precio rebajado.
Cuando tuve razón
recibí un buen trinquete *
y al hacer comunión
prometí ser valiente
y luchar con pasión
por la patria al garete
que había convertido
corrupto dirigente.
Cuando fue desterrado
mi padre de su hacienda
me tocó ser obrero
y operario en molienda
para llevar mercado
a pobre madre enferma.
En plena pubertad
me vestí de soldado
para hallar libertad
del pueblo esclavizado
por gente con crueldad
que ya había sembrado
el miedo en la heredad
en el pueblo y collado.
Estando ya en las filas
pude ver al corrupto
encubriendo cuadrillas
saqueando nuestro erario,
repartiendo tortillas
con sagaz empresario
que vivía de rodillas.
Después de tanto tiempo
de vivir en la guerra,
quiero ver el lucero
de la paz y la estrella;
quiero ver a los niños
jugando en la vereda
en los pueblos pequeños
y en la América entera.
Quiero volver a oír
el canto de jilgueros
y en tardes sonreír
con tiernos compañeros
que se volvieron viejos
sin juegos verdaderos.
* Así se les conoce en Colombia a los primeros revólveres importados.
Héctor José Corredor Cuervo
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