DELECTACIÓN MOROSA
La tarde, con ligera pincelada que iluminó la paz de nuestro asilo, apuntó en su matiz crisoberilo una sutil decoración morada.
Surgió enorme la luna en la enramada; las hojas agravaban su sigilo, y una araña en la punta de su hilo, tejía sobre el astro, hipnotizada.
Poblóse de murciélagos el combo cielo, a manera de chinesco biombotus
rodillas exangües sobre el plinto
manifestaban la delicia inerte, y a nuestros pies un río de jacinto corría sin rumor hacia la muerte.
Leopoldo Lugones, poeta argentino (1874-1938)
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