Según el dicho popular “el que algo quiere algo le cuesta”. Conseguir nuestros sueños en la vida sabemos que no suele ser fácil e inmediato y ya contamos con ciertas dificultades, pero cuando estas son mayores a las esperadas podemos tener nuestros momentos de desánimo. Hoy os traigo una serie de consejos para prevenir y superar toda esa negatividad.
¿Cual es tu objetivo?
¿A dónde quieres llegar? ¿qué quieres conseguir? ¿cual es tu sueño? Saber hacia donde van dirigidos nuestros esfuerzos es lo primero que tendríamos que tener claro, ya que ello será una de las mejores fuentes de motivación.
Ten claro el porqué
Una vez que sabemos nuestro objetivo el siguiente paso será preguntarnos ¿por qué hacemos lo que hacemos? Muchas personas están encerradas en una vorágine de trabajo, todo el día corriendo sin llegar a ningún sitio. Tenemos que parar y cuestionarnos porqué hacemos lo que hacemos, si es realmente lo que queremos para nuestra vida. Muchos llegarán a la conclusión de que desean cambiar de vida y que sus objetivos han cambiado. No será una decisión fácil pero si hacemos caso al corazón no nos arrepentiremos nunca.
Existen los plazos
Marcar unos plazos semanales, mensuales y anuales motiva para seguir adelante y disfrutar de los pequeños o grandes avances hacia nuestros objetivos. No soy partidario de plazos férreos e inamovibles que nos ahogan sino más bien hemos de pensar en que sean una quía para no instalarnos permanentemente en el “bueno, ya lo haré”.
Descansar
Si queremos que las ideas fluyan y nuestra mente esté en plena forma debemos descansar y recargar pilas. Cada día, todos los días del año, dedica un tiempo a alguna actividad que te guste y despeja tu mente: un paseo, leer una novela, charlar con amigos, nadar, meditar… cada uno ha de buscar su particular cargador.
Y al menos una vez al año procura hacer un descanso de varios días.
Haz cosas que te gusten
La vida es demasiado corta para gastarla haciendo cosas que no te apasionan. Trabajar a disgusto, hacer las cosas por compromiso, notar que estas viviendo la vida que quieren los demás,… haz un plan para abandonar lo que detestas y dedicarte a las cosas que amas
Sumérjete en los materiales de motivación
Existen multitud de materiales que pueden ayudarte a seguir:
- libros dedicados a la motivación
- fotografías con frases inspiradoras que estén siempre a la vista
Las comparaciones no siempre son odiosas
Compararnos con otras personas y lo que hacen siempre es motivador. Puede tratarse de personajes célebres o el vecino de al lado. ¿Si lo hace otra persona porqué no lo puedo conseguir yo? Se trata de practicar la “envida sana”
Rodearte de personas motivadas y positivas
Hay actitudes que se contagian. Si te rodeas de personas, motivadas, optimistas, concienciadas, entusiastas,… seguro que te transmiten parte de su positividad, que perdura incluso cuando ya estás solo.
Recuerda las cosas por las que estás agradecido
Tenemos mucho que agradecer a la vida. Algunas cosas pasan desapercibidas para muchos porque las dan por hechas: tener una casa confortable, alimento, agua corriente,… todo esto solo lo apreciamos cuando nos falta y deberíamos estar agradecidos siempre por disfrutar de estas comodidades.
También deberíamos dar gracias por tener familia y amigos, poder disfrutar de una excursión a la montaña, gozar de buena salud y muchas, muchas más cuestiones.
Y tú ¿cómo te motivas?