En colaboración con un equipo del Laboratorio de Visión en el Departamento de Psicología de la mencionada universidad, DiPaola analizó los movimientos de los ojos de personas que examinaban las fotografías originales y los retratos con el estilo de Rembrandt.

Cuando veían los retratos con ese estilo, las personas se fijaban en los detallados ojos más rápidamente y permanecían mirándolos durante más tiempo. La transición desde los contornos nítidos a los borrosos también guiaba las miradas de las personas a través del retrato, en una especie de itinerario o relato gráfico subliminales.

Este estudio es el primero que verifica científicamente el impacto de estas técnicas para "guiar la mirada" en observadores y que atribuye su origen a Rembrandt.

Las personas también prefirieron los retratos con esta "narrativa de conducción de la mirada" a las fotografías originales con un nivel uniforme de detalle en toda la escena.

Tanto si la idea surgió en Rembrandt por darse cuenta de cómo sus propios ojos se comportaban al ver una pintura, o bien lo hizo por intuición, el caso es que este genio de la pintura puso en práctica un conocimiento de psicología de la imagen que desde entonces ha demostrado ser preciso y fiable.