TRÍPTICO DEL HOMBRE
I ¿Qué es el hombre? -preguntas, insistente
¿y cuáles son su origen y destino?
¿Es sólo puro azar, en el camino
de la Natura? ¿sólo un accidente?
¿Es fruto de un programa inteligente?
¿Nace con un determinado sino?
¿Es libre o es esclavo o es divino,
o es mero pensamiento de otra mente?
¿Es ciego y mudo y sordo a lo elevado?
¿Es, necesariamente, negativo?
¿Sólo piensa en sí mismo, obnubilado?
¿No ve que, en este mundo, está cautivo?
¿Ha de mirar a los demás airado
sin ver en ellos nada positivo?
II El hombre es todo un dios en formación,
una chispa de la hoguera divina,
un espíritu excelso, que ilumina
un cuerpo, un sentimiento, una razón;
y es, en el fondo, la consecución
del propio esfuerzo, que es su vitamina,
ya que puede crear, y lo domina,
el bien o el mal: ésa es su condición.
Por dentro, el hombre s bueno y es hermoso;
por fuera, tiene miedo a sus hermanos
y el miedo hace que quede, receloso,
atado, en su interior, de pies y manos,
sin exhibir su interno luminoso,
cual es el interior de los humanos.
III El hombre es un espíritu creador
que reencarna mil veces, inconsciente,
y evoluciona, intermitentemente,
según actúe aquí, mejor o peor,
partiendo de que, todos los humanos,
de cualquier raza, pueblo o religión,
todos, sin excepción, son sus hermanos,
y es responsable de su evolución;
Y, conociendo, cada vez mejor,
que el odio y el desprecio y la violencia
y la guerra y la sangre y el terror
vuelven sobre su autor, en consecuencia,
y que el mejor camino es el amor,
aprende caridad y convivencia.
Francisco-Manuel Nácher