LA CRÍTICA Y LA CALUMNIA
Y vino hasta él una madre,
que traía alrededor a todos sus hijos.
Entonces, los que venían con El le dijeron:
No hables con esa mujer
porque tiene mala fama y no tiene marido.
Y El les respondió:
Ustedes se vanaglorian de comentar
el mal ajeno y sus lenguas se
deleitan contando cómo sus hermanos
cayeron frente a los obstáculos
que les puso la vida.
¡Cuántas espinas se encargan de
hincar en sus corazones ya dolidos, y
cuántas penas añaden a sus muchas penas!
¿Cuánto tiempo tardará la Tierra
en desprenderse de la semilla de la
crítica y la calumnia y en arrancarla
de golpe del corazón del hombre?
Otros pueblos ponen en la calle a
los pecadores y públicamente los
apedrean para limpiar sus conciencias
en ellos. Ustedes no lanzan
piedras, pero lanzan palabras,
armadas de espinos, que son peores que
piedras.
Ustedes no dan la cara, mas por la
espalda levantan falsos
testimonios hasta hacer una barrera
que impide a muchos caminar.
Los que así actúan son dignos de la
lástima del Cielo, porque no
merecen llevar lengua.
Deben saber que la lengua puede
hacer más daño que todo el fuego del
mundo unido, y más aún que todos
los torrentes de las sierras
desatados.
Cuídense pues, y cuiden a los demás.
Arrópenlos y compréndanlos, y en
verdad les digo que entonces
también ustedes serán comprendidos y
amados.
Y tomando a la mujer y a sus hijos,
los llevó consigo.
DEL LIBRO:
ASÍ HABLABA QUETZACOATL