Dicen que solamente una vez se ama en la vida

Desde el primer instante en que te miré, no pensé que eras el hombre de mis sueños... No te esperaba... Sólo diecinueve años tenía... Y me sentía poco querida, comprendida, valorada... Y aburrida de la vida cotidiana que había llevado muchos años. Con nuevas ganas de creer en el amor abrí mi corazón y jamás sospeché que había encontrado a la persona que cambiaría el panorama por completo; decidí seguir y así es como llegaste tú a iluminar mi sombría y triste vida.

Cuando llegó ese momento conocí cosas de la vida que no pensaba, aprendí a tener un poco más de libertad y también a luchar por lo que quería aunque fuera en vano o podría confundirse con rebeldía, pero me cegué a pesar de la alerta que tenía mi corazón porque él tenía novia y los dos la engañábamos y decidí abrirle la puerta a esa aventura con la que estaba topando sin importar si podía salir alguien lastimado, yo sabía que era una oportunidad y que pasara lo que pasara no iba a lastimarme.

Intenté descubrir nuevas experiencias, pero no se me dieron nada más que diversión, buenos momentos, buenos recuerdos, hacer intacto un instante, hacer una fotografía de un momento y de un himno una canción. Mis pensamientos estaban ocupados todo el tiempo en esa persona, siempre pensando en que haría en ese momento, que piensa, que quiere, que hace, que desea, pensé en que estaba sobrepasando algunos límites cuando ni en la escuela daba la atención adecuada gracias a Dios eso no me perjudicó en mis calificaciones…

Salí muchas veces que pasaron muchas cosas increíbles, como cuando fui por primera vez a un río con él y sus amigos, cuando yo era una persona muy superficial, que para mí esos lugares eran incómodos para mi presencia, las horas eran demasiado cortas y parecía increíble que cada minuto que transcurría con él, mi corazón le pertenecía cada vez más sin darme cuenta, acepté una invitación a un lugar muy bonito para pasear, creo que era el momento perfecto para experimentar algo nuevo salimos, fuimos a bailar y a tomar…

Por cierto que tomé mi bebida favorita que se llama beso de ángel, regresamos pero no pasó lo que tenía que pasar, yo tenía que entregar algo muy valioso a alguien que me amara y cuando él intentó llegar más allá de besos y caricias le hice la pregunta que consideré adecuada, sí él me amaba que siguiera y sino que olvidara el tema y fue así cuando la noche se acabó y nuestro cuarto se llenó de silencio hasta que llegó la hora de regresar. Comprendí que no me quería.

Seguimos saliendo y era más la frecuencia, más la costumbre por decirlo así, una vez en una noche de junio, cuando la lluvia termina y las calles están húmedas y el aire huele a fresco él me confiesa que estaba enamorándose de mí, pero recalcaba que no podía ser posible, hasta allí no entendía por qué y él se iba metiendo más en mi corazón por su sencillez, por ser lindo, por ser paciente, por ser divertido y muchas cosas más y así pasaron tres meses muy rápido, como la noticia, cuando me encontré un amigo de él y me dijo que si me encontraba lista para la boda yo con dudas le pregunté, ¿qué boda?...

Era él que iba a casarse con su novia… La vida nos da sorpresas y de eso no me queda ni una sola duda, esa era una sorpresa que me lastimó en lo más profundo de mi ser, me sentí morir y quería salir gritando a los cuatro vientos que no lo hiciera, porque allí estaba yo amándolo y sentía esa impotencia porque sabía muy bien que si se casaría, no iba poder evitarlo y hasta dudé del comentario del amigo, y quise hablar con él días después, cuando decido llamarlo a su casa me contesta su hermana y me dice que sí…

Él no estaba en ese momento porque había ido a pedir la mano de su novia, el cielo se me cayó, justamente dos días antes de mi cumpleaños, fue un regalo muy desagradable, para tener una mala suerte ese día mis amigas no pudieron llegar, el jamás me marcó y pasé ese viernes 13 sentada bajo esa estructura que marcaba cada segundo de mi soledad y bajo la lluvia con la amargura y el corazón roto.

Días después nos despedimos con un beso con el que juré jamás volverlo a molestar, total yo sabía muy bien que había alguien más y también sabía que la que se lastimó fui yo.
Pasó el tiempo y cada instante estaba en mis pensamientos, me decidí a volverme dura, pensaba que el amor era cursi y que no tenía porque volverme a enamorar menos de cegarme por alguien, llegó el momento que se casó ese 29 de Noviembre sabía que en el mundo a pesar de ser tan grande era a la misma vez muy chico porque tantas personas y en un sólo lugar estaba la mujer más feliz del planeta, ella su novia y su futura esposa y también la mujer más infeliz, triste y con el corazón roto…

Yo por días asimilé la situación, pero las ansias de saber de él me hizo llamarlo a altas horas de la noche, mandarle millones de mensajes, timbrarle muchas veces aunque él jamás leyera los mensajes, jamás escuchara mis llamadas y aunque él no quisiera saber de mí, yo estuve tras el mucho tiempo, aun cuando las bateadas que él me daba eran las suficientes, yo no podía dejarlo de amar, me hice amiga de la luna y muchas veces le pedía una sola oportunidad para tenerlo nuevamente, me hice amiga de la soledad y no quería nada más que estar con él.

Después de mucho tiempo transcurrido decidí hacer mi vida también, divertirme y buscar nuevos intereses en la vida, por lo menos algo que me mantuviera ocupada, me volví rebelde, fui, me divertí, disfruté hasta donde quise, y aún estaba incompleta no podía entender que en mis buenos momentos aparecía él nuevamente y decía ¿por qué no está conmigo? tuve una coincidencia con él, un ocho de enero pero a veces no entendía porque me saludaba, porque me hizo preguntas de mi vida sentimental…

No lo entendía, pasó el tiempo y me propuse poner mano dura a mis decisiones y así fue como dejé de molestarlo, sólo lo hacía por teléfono y es que me quedó la ilusión, después de 6 meses recibí un mensaje de él preguntándome como estaba, cuando me había creado un castillo de ilusiones que ya había superado todo se derrumbó y las mariposas en el estómago, la emoción incontrolable y la palpitación de mi corazón estaban nuevamente, fue en vano todo lo que había logrado y era increíble lo que era capaz de hacer con su mensaje después de tanto tiempo, logré una cita con él y me dejó plantada, logré otra cita con él y llegó pero para mí esa cita fue quitarme la venda de los ojos, platicamos, fue sincero, y nunca pude evitar ver esa vez un llavero de una foto de ella y él.

Después de esa cita yo me sentía nuevamente que había superado, que estaba tranquila, que ya había quedado conforme y daba por vencida que no sería para mí nuevamente. Nada más transcurrieron unos días más para saber que era una mentira eso que había superado, él me pidió que saliéramos con unos amigos, y así fue como salimos en plan de amigos, cuando yo sabía que todo con él era perdido, creo que ya no podía perder más y le aposté un beso que por coincidencia gané, y no se volvió uno sino muchos más y empezamos una vez más la relación a partir de ese momento, en esa noche de septiembre; aunque yo sabía que era otra vez la relación prohibida porque el ya era casado y engañábamos a una persona.

Sin embargo, no me importó. La relación al principio fue algo fría, hasta que empezó a fluir y justamente cuando él pasaba por el peor de los problemas con su esposa, yo estaba allí para escucharlo, para que se desahogara, cabe decir que los pleitos con ella lo acercaban más a mí. ¿Cómo olvidar que con llanto él me confesaba el dolor que sentía cuando platicaba de ella?, también comprendí que la amaba, y mucho, en ese momento me regaló un disco totalmente dedicado para mí...

Que sensación, que sorpresa, que alegría, se me hacía difícil entender porque ella no podía valorarlo como la persona maravillosa que yo sabía que él era. Como bien dice el dicho “Nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido”. Nuestro amor fue consolidándose más y más, aprendí de sus costumbres, sus gustos y trataba de darle todo mi amor en esos momentos que salíamos, no trataba de darle problemas porque sé que ya los tenía en casa, siempre le repetía que trataba de darle solución y no problema, aceptaba todo lo que me decía bien o mal hasta que él también empezó a meterse en mi vida de la misma manera, poco a poco fuimos fundiéndonos el uno con el otro; nuestro compromiso era más y más; pasamos muchas aventuras desde que unos balazos nos hicieron correr hasta piedras que golpearon su carro

Todo era tan perfecto que nos necesitábamos demasiado, no había ni aún las hay, las palabras que dicen lo que él significó para mí y lo que aún sigue significando, todo se encerraba en cuatro paredes y allí pasaban cosas que si las contara jamás alguien me las creería. Todas nuestras salidas eran fantásticas que dejaban una marca en mí siempre, todos esos detalles que él tenía conmigo jamás nadie los ha vuelto a tener. Poco a poco él era mío más que de nadie más.

Jamás olvidaré esa carta que me entregó con dibujos, esas cartas a la antigua que requieren de esmero y dedicación cuando me escribió “te amo” no pude esconder el sentimiento que provocó; me hizo la mujer más feliz que hasta derramé una lágrima. Todo iba tan bien hasta que él en su vida venía una tercera personita; que claro no tenía la culpa de nada pero sabía muy bien que con eso lo perdía, parece mentira tener todo y después perderlo.

Cuando necesité su apoyo moral, él me lo dio incondicionalmente; estuvo conmigo y era reconfortante tener alguien a mi lado que me dijera “aquí estoy” él me hizo mi regalo de cumpleaños donde me regaló unas fotos de él cuando era niño y un poco más joven, eran un verdadero tesoro para mí... Cada vez que veía esas fotos únicamente decía porque no te conocí en este tiempo; quería retroceder el tiempo para que yo fuera esa persona que estaría a su lado para siempre.

Siempre que salíamos a divertirnos era fantástico, él estaba conmigo y disfrutábamos juntos, era yo sin límites sin prohibiciones, sin errores y él era para mí todo. Se quedaba conmigo y aunque algunas veces no pasaba nada, era fantástico despertar y tenerlo a mi lado; cuando me sentía sola también él era lo último que veía en las noches y lo primero al amanecer. Cuando nos entregábamos hacíamos una entrega total de ambos, era fuego que corría en nuestras venas y amor lo que nos hacia vibrar, justamente yo llevaba un calendario y anotaba todos los días que yo me veía con él, al principio eran escasos los puntos rojos y después parecía una manifestación de puntos rojos en el calendario, había muchos momentos que nos veíamos varias veces durante el día.

¿Cómo olvidar aquella vez que le hice la travesura de robarle su credencial de elector?, como me reía cuando me decía que la había perdido, también cuando le escondí una foto que él tenía con sus amigos y la robé de su refrigerador, era porque quería tenerlo conmigo y no extrañarlo tanto. ¿Cómo olvidar aquel juego de palillos chinos?, ni que mencionar como terminó todo, todo era magnifico y siempre diré que con el pasé los mejores momentos de mi vida, con él no supe que era sufrir, pero decidí saber que era perder, a pesar de pasar todos esos inexplicables momentos tomé la decisión de dejarlo justo en la cima de nuestro amor.

Y no sé que pase después, sí algún día nos encontremos como amigos y no sé si surja algo en nuestros corazones, pero ya no está en mis manos estar con él, aunque sé que él y yo tenemos vidas y destinos diferentes lo que yo viví con él, lo llevaré en mi corazón