OLVIDO
Te amo tanto que me duele.
Pero así y todo el dolor es dulce y suave y es mejor que estar bien sin tenerte.
Cuando te vi brillabas como un cometa.
Yo estaba rodeada de noche y las voces del mundo me susurraban al oído inmundicias.
Algo pareció quebrarse en el medio de la oscuridad.
Lo último que recuerdo es que me diste tu teléfono.
Después dejé de ser quién era.
(Leticia Ramona Gimenez, Perú)